Óscar Cabana es socio fundador de No-Importa, este espacio de coworking nació hace cinco años de la necesidad que tenían él y sus compañeros de contar con más espacio en sus estudios. Lo fundaron arquitectos y artistas y buscaron un espacio en el que poder trabajar en sus proyectos, pero también donde impartir talleres y hacer actividades a las que tuviese acceso el público.

Es un punto de trabajo, pero no ofrece "solo una mesa corrida", reivindica Óscar Cabana, a diferencia de lo que ofertan otras oficinas compartidas, en las que la creación artística no es el centro de su actividad. "Somos como una familia", dice Cabana, así que, las puertas de No-Importa no tienen un horario establecido de apertura y cierre cuando los coworkers están trabajando dentro.

Actualmente, solo tienen un puesto libre en los despachos pequeños, los grandes están ocupados y, aunque los fundadores sean artistas, su espacio no le niega la entrada a otros profesionales. "Buscamos que sea un perfil joven y con ganas, que haya buen rollo y entendimiento", explica Cabana, así que en sus mesas y despachos hay diseñadores gráficos, arquitectos, pero también abogados y un coach, les gusta la mezcla de profesiones en un espacio que nació para crear pero también para mostrar sus trabajos y para compartir conocimientos.