La violencia doméstica, las peleas y los duelos con armas eran casi el día a día de los ciudadanos coruñeses y compostelanos en la segunda mitad del siglo XIX. Para certificar ese alto índice de criminalidad, el periodista Enrique Carballo ha realizado su Trabajo de fin de Máster (TFM), calificado con un diez, sobre historia contemporánea denominado Salieron desgraciados a navaja, la violencia cotidiana, el crimen y sus interpretaciones en la provincia de A Coruña.

- ¿Por qué ha elegido ese tema tan para su TFM?

-Soy periodista, pero siempre me ha gustado la historia. El tema del crimen común no está muy trabajado en España, y menos en Galicia. Por mi antiguo trabajo estoy acostumbrado a trabajar con hemerotecas periodísticas, así que juntando ese material con los datos que encontré en el archivo del ayuntamiento, muy exhaustivos, lo tuve claro.

- ¿Por qué se decidió por los crímenes comunes?

-En la segunda década del siglo XIX había tres tipos de cárceles, unas que eran las prisiones para crímenes mayores, unas cárceles municipales donde se metían a la gente por faltas más leves y otra donde solo entraban por crímenes penados con entre uno y seis meses. Así que, además de porque es un tema poco trabajado, fue porque la fuente que encontré provenía de la cárcel del partido judicial de A Coruña dedicada a delitos menores.

- ¿Qué zonas eligió para la realización de su estudio?

-Mi idea principal era dedicarme a la provincia de A Coruña, y una vez me puse a buscar fuentes me encontré que en el partido judicial de A Coruña y el de Santiago son los que más datos tenían. La zona de A Coruña era bastante más violenta que Compostela, y dentro de esta, las zonas rurales mucho más.

- ¿Cuál fue la tendencia, según sus datos, del crimen en la provincia de A Coruña?

-Todo el mundo dice que a medida que pasaban las décadas la criminalidad bajada, ya fuera en Europa, España o en Galicia. Yo quería comprobarlo, y con el trabajo puedo concluir que es cierto. El índice de criminalidad violenta de la década de 1880 en A Coruña, que es de la que más datos tengo, era diez veces más alta que la de la actualidad. En la ciudad, que en ese momento tendría unos 36.000 habitantes, se cometían muchos homicidios a lo largo del año, y ataques con arma blanca aún eran más frecuentes.

- ¿Por qué razón diría que con el paso del tiempo fue descendiendo la criminalidad?

-Hay cuatro grandes razones por las que había muchos más delitos a finales del XIX. La primera es la facilidad con la que se podía conseguir cualquier tipo de arma, sobre todo revólveres y navajas, que eran muy baratas y fáciles de encontrar, por tanto, cuando ocurría cualquier enfrentamiento recurrían a ellas. La segunda razón era que la concepción de honor era totalmente diferente, era una ofensa muy seria, y no podía quedar impune. Hoy en día, si alguien te insulta o te hace algo puedes pasar o acudes a las autoridades, en aquella época lo lógico era reaccionar al momento con un golpe o recurrir al duelo. La tercera razón era la concepción que la sociedad tenía sobre la violencia, la tolerancia y aceptación era total, lo raro era que no se recurriera a ella para casi todo. Por último, la cuarta razón era la legislación, las peleas domésticas, o enfrentamientos con armas blancas eran delitos menores, no tenían apenas castigo. Todo cambió con el crecimiento y fortalecimiento del Estado, que restringió las armas y condenó con mayor fuerza estos delitos. También, que instituciones o asociaciones como sindicatos abogaran por la no violencia fue un factor clave.

- ¿Qué zonas eran las más conflictivas?

-Sin ningún tipo de duda el ayuntamiento más conflictivo era el ya extinto Concello de Oza, que era eminentemente rural, tenía el mismo índice de violencia que tiene en la actualidad Brasil. La mayoría de peleas provenían de bandas, las de un barrio contra el otro en celebraciones como romerías, o en emboscadas. En la actualidad el ayuntamiento de Oza corresponde a los barrios del cinturón de A Coruña: Oza, Os Castros, Visma, Elviña y Labañou.

- ¿Qué delitos han sufrido un mayor cambio de concepción desde la sociedad y la legislación?

-Los crímenes domésticos. En la época, eran comunes las peleas y forcejeos entre parejas que acababan en amenazas con armas, cuchilladas o golpes, pero eran considerados parte de la intimidad. En el caso de que las autoridades hicieran algo en una situación de este tipo, sería para obligar al matrimonio a que bajaran el volumen de la discusión y no molestaran a los vecinos, daba igual qué más pasara. Un ejemplo puede ser un enfrentamiento que sucedió en la calle Olmos, en el centro de A Coruña, en 1886: una pareja estaba discutiendo de forma muy violenta y el hombre acabó por amenazar a la mujer con su revólver, entonces apareció la ya desaparecida figura del sereno y le arrebató la pistola de su mano. Inmediatamente después se fue, no actuó ante los golpes y los insultos que se estaban dando. Hoy en día que ocurra algo mínimamente parecido es, por suerte, inconcebible.