La Opinión de A Coruña

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Kike Vila nadaba con el oftalmólogo coruñés fallecido: “Ocurrió en un abrir y cerrar de ojos, no hubo nada que hacer”

Desde la izquierda, Juan Tábara, víctima mortal del siniestro, Matías García-Anllo y Kike Vila, en una carrera. Cecida por Kike Vila

Kike Vila es amigo de Juan Manuel Tábara desde hace más de 30 años, cuando coincidieron haciendo la mili en Ceuta. Decidieron pasar el Viernes Santo juntos, en Sanxenxo, donde ocurrió la tragedia. “Fuimos a pasar un día en familia. Juan se acababa de comprar un apartamento en Sanxenxo y quería enseñárnoslo”, relata Vila, que acudió con su mujer y se unió a la familia de Tábara.

Comieron juntos, recuerda, y pasaron la tarde en la playa. “Como nos gusta mucho hacer deporte, decidimos ir a nadar”, cuenta. El año pasado, el oftalmólogo finalizó la Ultra Pirenaica de 100 kilómetros y en los próximos días tenía previsto ir a correr el Maratón de Madrid, que sería su 33 participación en una prueba de 42 kilómetros. Los dos amigos crearon juntos el club Atletas de Acea de Ama. 

Según el reloj de Kike Vila, ambos entraron al agua, con sus neoprenos, a las 17.54 horas. “No llevábamos ni 200 metros cuando se acercó una embarcación a avisarme de que algo había pasado y que fuese a ayudar a mi amigo”, explica, y destaca que “una moto de agua y un yate se acercaron” para auxiliar a Tábara. “Ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. Yo ni siquiera vi la lancha. No hubo nada que hacer”, resume.

Fue un velero azul que se encontraba allí fondeado, en la playa de Silgar, el que “vio todo lo que había ocurrido” y se aproximó a Vila para advertirle, pues como estaba nadando, no sabía que le había ocurrido algo a su amigo. “Fue un golpe fatal con la hélice de la lancha. Cuando lo vi, ya no había nada que hacer”, sentencia.

Para Kike Vila, su amigo Juan Manuel Tábara es una persona “irremplazable”. “Nos ha dejado una de las personas más excepcionales que jamás he conocido”, se sincera.

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