El cine de A Coruña llega a la Antártida

Tras dos documentales en el Ártico y Groenlandia, el cineasta Ignacio Benedeti regresa en febrero a los polos para filmar durante un mes los efectos del calentamiento global

Ignacio Benedeti con el paquete de películas para la filmación que envió a Nueva Zelanda.   | // LOC

Ignacio Benedeti con el paquete de películas para la filmación que envió a Nueva Zelanda. | // LOC / R. D. Rodríguez

La afición por la aventura de Ignacio Benedeti y su pasión por el cine se dan la mano en el tercer viaje del cineasta coruñés a los polos del planeta. La cuenta atrás hacia el 13 de febrero, fecha de su partida a la Antártida, empezó hace meses, el año pasado, con la preparación de un documental que cerrará —por ahora— la trilogía polar del director de cine. El norte de esta odisea más allá del fin del mundo que durará algo más de un mes, hasta el 22 de marzo, tiene por objeto reflexionar, “con espíritu internacionalista y vocación científica”, sobre el calentamiento global y la preservación natural del continente.

Benedeti rueda en la cubierta de un barco en uno de sus documentales en los polos.   | // LOC

Benedeti rueda en la cubierta de un barco en uno de sus documentales en los polos. | // LOC / R. D. Rodríguez

A Spitzbergen: O gardián do Ártico y Odisea en Groenlandia le sucederá ahora Alén da fin do mundo. La primera entrega de la serie Stop Calentamiento Global surgió con ocasión de la primera prueba mundial de la película Kodak Ektachrome 7294. Benedeti rodó íntegramente con película de Super-8 en el archipiélago desolado de Spitsbergen, en el Ártico, “un mundo abocado a la desaparición por el calentamiento”, con el fin de transmitir al espectador “la preocupación por el angustioso porvenir de un universo helado en retroceso”. El segundo documental, que aún está en fase de postproducción, lo llevó a Scoresby Sund, el fiordo más largo del mundo, en Groenlandia, donde filmó con emulsiones negativas Kodak Vision de Super-8, el deshielo masivo de la inmensa isla danesa.

El nuevo viaje cinematográfico de Benedeti a territorios helados ahondará en el fenómeno del calentamiento del planeta para tratar de explicar, con “un enfoque entretenido lo vital que es la Antártida y las aguas que la circundan para mantener el equilibrio climático” de la Tierra. El reto es nuevamente personal y profesional para el cineasta, que afronta un largo y costoso viaje y una puesta en acción técnica con varios tipos de película Kodak. “Todo el material sensible se cortará en cuarto oscuro y se introducirá en cartuchos de Single-8 a fin de poder filmar con la mejor cámara de 8 mm tipo S jamás fabricada, la Fujica ZC1000N”, explica Benedeti en el blog donde detalla sus proyectos cinematográficos.

Este jueves partió hacia Nueva Zelanda un paquete de 13 kilos con la película que Benedeti empleará en la filmación de su documental. En las antípodas de A Coruña, en la localidad de Invercargill, a casi 20.000 kilómetros, le esperará el material cuando él aterrice tras hacer escala con sus dos cámaras en Dubai. La tramitación del envío de la película no ha sido sencilla y requiere de una cuidadosa supervisión a efectos de no dañarla en el largo viaje.

Cuando llegue a Nueva Zelanda será recibido por Stephanie Forrester, una de las responsables del club Southland Photographic Society, quien amablemente accedió a que el director coruñés le enviase el paquete con las películas por DHL Express; en su club explicará al día siguiente en una conferencia las características de su peculiar proyecto documental.

Y después la expedición tocará hielo. De Invercargill y Bluff, el final de la tierra en la isla sur de Nueva Zelanda, a otra isla, la de Campbell, “un paraíso del conservacionismo sin mas presencia humana que las visitas periódicas de científicos de conservación”. El navío en el que se embarcará navegará por encima del polo sur magnético para hacer mediciones en relación a la ralentización del núcleo terráqueo y seguirá ruta por las islas glaciares de Balleny, el cabo Adere, el cabo Hallet y la isla Inexpressible en el mar de Ross, donde la expedición pasará varios días frente a acantilados cortados casi en vertical que ascienden hasta 50 metros sobre el nivel del mar.

El viaje proseguirá en los volcanes del monte Terror y el monte Erebus; la cabaña del explorador Robert Scott; la base norteamericana de McMurdo; el famoso peñasco de Castle Rock; el valle de Taylor; la plataforma de hielo de Ross; el mar de Amundsen; la isla de Pedro I en el Mar de Bellingshausen; y el estrecho de Pendleton para filmar pingüinos en la isla Renoud. Tras salir del Círculo Polar Antártico, Benedeti atravesará el mar de Hoces (paso de Drake) para desembarcar en Ushuaia, el fin del mundo en el sur de Argentina, desde donde regresará en marzo a España.

El frío extremo no asusta a Benedeti, como tampoco al explorador polar Ernest Shackleton hace un siglo en las mismas tierras por las que se aventuró, aunque duele más con viento: “Voy blindado de pies a cabeza”. Más le ha dolido tener que desprenderse de alguno de los cartoons de 35 milímetros de su colección para financiar este tercer documental. “Se fueron algunos para Estados Unidos, muy preciados, donde me los compraron a buen precio”, dice con cierto pesar. Y le cubren para el rodaje; después queda la postproducción. Kodak y una firma óptica también contribuyen a la financiación.

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