A Coruña en la década de 1980: entre muchos coches y grandes obras

Imágenes de hace 40 años muestran cómo era la ciudad, con mucho protagonismo para los vehículos y con las obras de los 'parkings' de María Pita y Juana de Vega

¿La calle Juana de Vega llena de zanjas? ¿La plaza de María Pita totalmente vetada al tránsito por obras? ¿Cuatro carriles de circulación en La Marina? Estas son algunas escenas que se pueden apreciar en fotografías plasmadas en la década de 1980 en A Coruña por Prensa Ibérica, grupo al que pertenece LA OPINIÓN. En ellas se observa la enorme transformación que ha vivido la ciudad desde entonces.

Los coches estaban muy presentes en los viales de aquella época si se hace una comparación con la actualidad, momento en el que las peatonalizaciones son la tónica habitual. Aparcar en batería en el Cantón Grande en 1988, en la propia calle y sin recurrir al parking (entonces no existía), era posible. De hecho, el Obelisco funcionaba como una especie de rotonda, en la que había decenas de vehículos estacionados. Una situación similar se vivía en el paseo marítimo, con plazas de aparcamiento habilitadas en la propia calle.

El espacio peatonal existente hoy en día en La Marina es relativamente reciente, ya que la obra que permitió eliminar el tráfico de esta zona se realizó hace menos de diez años. Antes había tres carriles de circulación y un espacio para estacionar. En los 80 llegó a haber hasta cuatro carriles, con plazas para dejar el coche a ambos lados. Además, las galerías de los edificios estaban llenos de carteles de diversa tipología.

En el año 1987 se celebraron las elecciones municipales. En los meses previos se acometieron obras de gran envergadura, entre ellas la construcción de los aparcamientos de María Pita y Juana de Vega, dos actuaciones que dejaron imágenes inéditas durante un tiempo, con estos espacios vetados al tránsito peatonal y llenos de zanjas.

El estadio de Riazor también era bien distinto respecto al actual. En 1981 no se había ejecutado la grada de Pabellón y el resto de espacios eran más rudimentarios que en la actualidad. La plaza de Pontevedra también ha sufrido diversas variaciones en las últimas cuatro décadas. En 1986 la cafetería Manhattan y el espacio peatonal estaban situados en una zona más próxima a San Andrés, funcionando como una glorieta. Posteriormente se llevó a cabo una reforma y posteriormente otra que le confirió el aspecto actual.