Greenalia logra licencia para reformar un edificio de la Ciudad Vieja para su sede y su fundación

La energética invertirá 1,2 millones en rehabilitar el inmueble, en la calle Amargura

Edificio número 15 de la calle Amargura.

Edificio número 15 de la calle Amargura. / Carlos Pardellas

La Junta de Gobierno Local aprobará este miércoles la concesión de la licencia municipal de obras a la empresa energética Greenalia, que invertirá 1,2 millones en la reforma del edificio número 15 de la calle Amargura, situada en la Ciudad Vieja, como informó LA OPINIÓN el pasado octubre. Las obras, que tendrán una duración de 24 meses, adaptarán el inmueble para que acoja tanto la sede central de la compañía como de la Fundación Greenalia para la Transición Energética, con la que llevará a cabo proyectos sociales en los territorios en los que desarrolle su actividad.

La firma tiene su sede hasta el momento en el número 10 de la plaza de María Pita, que está obligada a abandonar a causa de una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que considera que la planta del edificio en la que se encuentra solo puede ser dedicada a vivienda. A pesar del plazo máximo que se fija en la licencia para las obras, Greenalia informó a este periódico de que se fija el objetivo de instalarse en su nueva sede dentro de un año y añade que la puesta en marcha de su fundación supondrá “un hito especialmente importante para la compañía”.

La empresa señala también que pretende obtener la certificación de edificación sostenible Breeam, para lo que realizará la reforma con los criterios de eficiencia energética, ambientales y de adaptación al entorno. Greenalia asegura además que su implantación en la calle Amargura “contribuirá a dinamizar y revitalizar la Ciudad Vieja, una zona emblemática de A Coruña”.

La solicitud de la licencia fue presentada en abril de 2021 para reformar un edificio con protección estructural, levantado a mediados del siglo XIX y en buen estado de conservación que cuenta con 1.083 metros cuadrados construidos que forman una única vivienda y se distribuyen entre planta baja, dos alturas y un ático. Ese mismo mes la comisión asesora do Plan Especial de Protección y Reforma Interior del casco histórico dictaminó que antes de autorizar las obras debía inspeccionarse el edificio y que el proyecto para rehabilitar la fachada no respetaba la existente, en la que exigía que se aligerase y que se unificasen las carpinterías.

La edificación fue erigida a mediados del siglo XIX y se halla en buen estado

También advirtió de que la estructura, formada por vigas de madera, y los muros del inmueble no deben ser alterados, al igual que el portal, cuyo valor arquitectónico considera destacable. Ante la intención de Greenalia de crear en el edificio una zona de exposiciones, una sala formativa, un comedor y zonas de esparcimiento, la comisión dio su visto bueno a esa iniciativa, pero exigió un sondeo arqueológico de la finca antes de autorizar las obras y un estudio sobre los paramentos del edificio, ya que al fondo de la planta baja hay unos arcos alineados con la muralla medieval de la ciudad, que discurría por la calle Nuestra Señora del Rosario. La existencia de una línea de pilares que parecen proceder de una estructura anterior y el nivel de protección de que dispone fueron aspectos considerados también para reclamar la intervención arqueológica.

El informe sobre esa actuación fue presentado en octubre de 2022, pero el arqueólogo municipal exigió más documentación hasta que finalmente dio su conformidad. La arquitecta municipal exigió por su parte que los elementos de madera de la estructura se mantengan y que los entablados sean restaurados en un taller y vueltos a montar en su emplazamiento original.

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