Artistas que derriban barreras en A Coruña

Profesionales de las artes plásticas abren sus talleres por un día para “quitar el miedo que tiene la gente a entrar en un estudio” y mostrar obras, materiales y otros secretos

Entrar en el taller de un artista es conocer su casa, su rutina, sus obras, sus pensamientos, su esencia. Todo eso que podría parecer un secreto, el lado más íntimo de un profesional de las artes plásticas, quedó este sábado al descubierto gracias a Estudios Abertos, que abrió las puertas de 37 espacios dedicados a la escultura, pintura, fotografía, ilustración, dibujo, cerámica y multidisciplinar. Jano Muñoz creó esta iniciativa en 2016, hasta que hace cuatro años le pasó el testigo al Concello de A Coruña, que es el actual organizador. “La esencia del evento es popularizar las artes plásticas, que generalmente han estado en un ambiente más recogido y selectivo. Nos gusta que la gente entre a los estudios con naturalidad”, señala el pintor, que compartió la jornada en su estudio en la calle Ángel Rebollo con Borja Quintela y Mico Rabuñal. Aunque ya no forma parte de la organización, Muñoz quiere que se convierta “en uno de los eventos culturales top de la ciudad” y desvela que sobre la mesa existe la opción de crear “un mes de las artes”, en el que uno de los protagonistas sería este Estudios Abertos.

Mientras explica su obra, muestra su lugar de trabajo y saluda a amigos, los más curiosos se pasean por el estudio haciendo fotografías e imaginándose algunas de sus obras en las paredes de sus casas. “Me encanta este cuadro de la Torre de Hércules”, comentaba una de las visitantes.

Jano Múñoz: “La esencia del evento es popularizar las artes plásticas”

Jano Muñoz posa con su obra.   | // IAGO LÓPEZ

Jano Muñoz posa con su obra. | // IAGO LÓPEZ / Ana Carro

Esa pasión por el arte y esa necesidad de saber más sobre este mundo impregnaron todos los estudios participantes, en los que no dejó de pasar gente desde la apertura, a las 11.30 horas, hasta la tarde, cuando acabó la iniciativa, sobre las 20.00 horas. “Estoy muy contenta. En cuanto abrí, ya entró gente. Me parece que esto ayuda mucho al arte de la ciudad”, apunta la pintora Marta Pardo de Vera, desde su estudio en Doctor Fleming, que comparte con su exalumna Eva Carballeira. Es la primera vez que forma parte de Estudios Abertos y tiene claro que va a “repetir” en un futuro: “Es importante que la gente nos conozca y sepa dónde estamos”. El pintor Raúl Álvarez comparte esta opinión. Para él, la iniciativa es también una forma de reforzar la identidad del barrio. “Es una jornada muy interesante y bonita. Estamos aquí encerrados todo el día, trabajando, y es el momento de abrirnos a la ciudadanía y a la gente del barrio, que muchas veces no sabe ni que existimos ni lo que hacemos”, reflexiona desde su local en Adelaida Muro, muy próximo al de Jano Muñoz o Daniel Remeserio, donde los visitantes pudieron conocer también las obras de Ana Barranco, José Ramón Estévez, Fernando Páez, Ignacio Pardo o Brais Remeseiro. “Es muy interesante. Una jornada para descubrir artistas”, dice un vecino mientras observa las obras que cubren todas las paredes.

La artista plástica Julia Ares, especializada en técnicas de fuego, celebra esta iniciativa porque cree que es la mejor forma de “quitar el miedo que tiene la gente a entrar en un estudio o en una galería”. “Parece que les cuesta, que piensan que molestas, pero nosotros no somos intocables, nos gusta que la gente entre a ver nuestro trabajo”, declara Ares, quien insiste en que el problema es que muchas personas “no se atreven” a traspasar las puertas de un estudio. “Hay gente que entra a una tienda de bolsos caros, los ve y los prueba aunque no pueda comprarlos. Aquí no. Tenemos una carencia de espectadores. Se puede entrar y no comprar”, añade.

“Nos gusta que la gente entre a ver nuestro trabajo”

Julia Ares enseña sus creaciones.   | // IAGO LÓPEZ

Julia Ares enseña sus creaciones. | // IAGO LÓPEZ / Ana Carro

Por las calles de la ciudad, sobre todo en Monte Alto y Ciudad Vieja, donde más estudios se concentran, muchos curiosos llevaban su mapa en la mano, en busca de lugares conocidos, pero también de talleres desconocidos con obras aún por descubrir.

El escultor Pepe Méndez tiene su “refugio”, como él mismo lo denomina, en la calle Camariñas. Allí vive rodeado de tallas de madera que recibieron muchas visitas. “Es mi hobby. Aquí estoy siempre. Me gusta mucho que la gente se acerque y me pregunte”, apunta, y reconoce que “a veces fallan las ideas, pero la madera me va diciendo qué hacer”.

Un sinfín de propuestas, conversaciones, obras, artistas y visitantes que apuestan por la “cercanía” y que ya están pensando en la próxima edición de Estudios Abertos, la mejor forma de derribar barreras.

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