La clase trabajadora toma las calles de A Coruña en un 1 de mayo con la reforma laboral como punto de fricción

Cerca de 2.500 asistentes se repartieron entre las tres marchas convocadas para esta mañana con motivo del Día del Trabajador

Para unos, insuficiente y auspiciadora de los intereses de la patronal. Para otros, la red de salvación de los trabajadores en un año marcado por la inflación. La reforma laboral, aprobada el año pasado por el Gobierno de coalición, fue el punto de fricción más visible entre un sindicalismo que, como ya es tradicional en el Primero de mayo, concurrió dividido a las manifestaciones: mientras que UGT y Comisiones Obreras partieron de la plaza de A Palloza, la CIG lo hizo de la plaza de Vigo, ambas marchas de forma simultánea a las 12.00 horas. Una tercera, convocada por CGT, salía media hora después de la plaza de Pontevedra.

 “Segue a medrar a flexibilidade, a inestabilidade laboral e os baixos salarios”, lamentan dende a CIG, que insiste en señalar “el aumento” de los contratos parciales y de los contratos fijos descontinuos, “que se multiplicaron por catro” dende 2019. La marcha convocada por UGT y Comisiones Obreras, en contraste, puso en valor “los avances” alcanzados por el Gobierno de coalición en materia de derechos laborales y la importancia de “votar para que haya gobiernos progresistas que puedan legislar en favor de los trabajadores”, con el compromiso de seguir avanzando en estas conquistas.

Además de la reforma laboral, la reforma de las pensiones y la necesidad de una subida salarial que mantenga el poder adquisitivo de los trabajadores en el contexto inflacionario del último año fueron otros ejes en los que pivotaron ambas marchas, que reclamaron “subir salarios, bajar precios y repartir beneficios”.