Entrevista | Rosa Gallego Exedil del PP en A Coruña entre 2011 y 2023, número 1 en la lista popular al Senado

“En política no vale todo, hay que ser honesto y transparente y saber solucionar problemas”

“Si el PP gobierna en España, se agilizarán los proyectos que hace falta impulsar en la ciudad”

Rosa Gallego, ayer en los jardines de Méndez Núñez.   | // CARLOS PARDELLAS

Rosa Gallego, ayer en los jardines de Méndez Núñez. | // CARLOS PARDELLAS / R. D. Rodríguez

Un laberinto de palabras, flechas, subrayados, paréntesis y algún tachón llena un par de folios sobre la mesa a la que se sienta Rosa Gallego en la sede del PP en A Coruña. “Repasando un par de cosas”, admite antes de que comience la entrevista, durante la que apenas mirará esos folios y en la que se expresa con pausa y moderación, lejos de otros discursos críticos y más encendidos que ha pronunciado en su etapa como concejal en María Pita. Gallego encabeza la lista para el Senado con la que el PP concurrirá el próximo 23 de julio a las elecciones generales. Atrás quedan doce años de servicio al partido en el Gobierno local y en la oposición. Su timón apunta solo al 23-J, con Feijóo como brújula y Sánchez como objetivo de los cañones del barco. ¿Pactos? Mejor no, y a Vox ni mencionarlo.

¿Qué le satisface más: volver a la Xunta como funcionaria, como dijo al despedirse, o ser senadora?

Cuando dejé el Ayuntamiento dije que no había mayor honor que ser concejala de tu ciudad, A Coruña, donde llevo toda la vida. Entiendo que en política se debe empezar por la política local, por estar cerca de la gente y conocer sus problemas. Ahora lo inmediato es mi reingreso en la Xunta, donde he estado treinta años. Me han llamado para la lista al Senado, y se lo agradezco mucho a mis presidentes, e inicio esta nueva etapa con la misma ilusión que tenía cuando entré por primera vez en el Ayuntamiento. Es un reto nuevo para seguir trabajando por la ciudad y la provincia, exigiendo al gobierno que salga de las urnas, que no tengo duda de que será el de Alberto Núñez Feijóo, lo que nos ha negado el gobierno de Pedro Sánchez.

¿Qué le atrae más del Senado, ese llamado cementerio de elefantes políticos?

No lo veo como un cementerio, para nada. Es una oportunidad para poder seguir trabajando por la provincia en los temas por los que he luchado en los últimos ocho años en la oposición, con estos cinco últimos en los que el Gobierno socialista del Estado no ha hecho nada por la ciudad.

¿Qué se puede hacer en el Senado para la ciudad que no se haya hecho hasta ahora?

Primero, va a haber un cambio de gobierno y vamos a derogar el sanchismo con un gobierno del Partido Popular, con un presidente que conoce muy bien los problemas de Galicia y de A Coruña, donde tiene su casa. Tendremos un hilo directo con ese nuevo gobierno, que sabrá escuchar y será honesto, que no mentirá como ha hecho Sánchez.

¿Derogar el sanchismo es dar una vuelta a lo que se ha implantado y entrado en vigor en su mandato? ¿No hay leyes, obras o infraestructuras salvables en la ciudad?

Derogar el sanchismo es fuera el independentismo y no ser sus rehenes para aprobar un presupuesto. Es recuperar el delito de referéndum ilegal y volver a penar la malversación. ¿Qué es derogar el sanchismo en A Coruña? ¿Qué ha hecho a día de hoy? Un trozo de pasarela en Pedralonga. De la intermodal solo se ha empezado la parte de la Xunta, los muelles no los ha desarrollado y no ha condonado la deuda que sí perdonó en Valencia… Nos sorprende que ahora la alcaldesa, Inés Rey, diga que no va a poner un duro por los muelles. Alfonso Molina, la cuarta ronda… hay que impulsar todas las infraestructuras que han estado paralizadas. Si gobierna el Partido Popular se van a agilizar todos estos proyectos que hace falta impulsar.

De todo esto que enumera, y a caballo entre dos elecciones, las locales y las generales, ¿con qué se queda la gente: con muelles por los que hay que pagar o no, con infraestructuras desarrolladas o no…?

Yo creo que a los coruñeses les preocupan esas infraestructuras, y que sus barrios estén bien. Encontrar trabajo. Que los precios de las viviendas bajen. Que no te ocupen una vivienda. Que haya subido el precio de la carne, la hipoteca… El PP pretende que el aumento de todos estos precios se vea compensado por bajadas de impuestos. Vamos a hacer una auditoría de las cuentas públicas, rebajar el IRPF a las rentas menores de 40.000 euros, ayudar a los autónomos, a crear empresas… Eso es lo que le preocupa a la gente.

Estas medidas fiscales, de empleo y vivienda tan fáciles de anunciar, ¿son tan fáciles de ejecutar?

Primero haremos una auditoría para ver cómo aplicamos estas medidas, pero el presidente Feijóo ya dijo que buena parte de estas medidas se harán en los primeros 100 días de gobierno. Estoy segura de que lo hará. Bajando impuestos se puede crear empleo, y de calidad.

¿A usted, que seguirá en el ruedo político, la política no le ha desgastado?

Ni cansada ni desgastada. Sigo con fuerza porque me gusta trabajar para el servicio público, así he entendido mi vida profesional.

En la política parece que vale de todo, como en la guerra, con tal de gobernar. ¿O no?

No vale todo. En la política hay que ser honesto, claro y transparente, saber ver los problemas y saber solucionarlos.

¿Se marcha como concejala de A Coruña con algo especial que lamenta no haber podido ver o cumplir?

Me hubiera gustado ver una ciudad mejor, más limpia, con menos abandono y más diálogo con la gente por parte del gobierno, y que no fuésemos cabeza de la inseguridad. Aunque haya tenido una buena relación personal, que la Marea Atlántica haya desaparecido me parece importante. Me da cierta pena y nostalgia marcharme porque se cierra una buena etapa, pero empiezo otra con la misma ilusión o más.

“Existe la violencia de género, eso no se puede negar, y para el Partido Popular esa es una línea roja”

Se ha normalizado hablar de pactos. ¿Suman o restan? ¿O son mejores los de la derecha que los de la izquierda?

Está claro que los de la izquierda restan y dividen, y lo veremos el 23 de julio; ahí están Podemos, Sumar, Irene Montero fuera de las listas, Marea y Podemos en A Coruña. A lo que vamos nosotros es a conseguir un gobierno fuerte, estable y con mayoría suficiente para desarrollar nuestras políticas y nuestro programa.

Si la mayoría no es suficiente, tendrán que pactar, y el PP solo está dialogando con Vox.

Hay muchos partidos con los que se podría pactar, habría que ver el escenario. En todo caso, sería un gobierno fuerte del PP con el programa del PP.

Si el PSOE-BNG es un pacto de perdedores, como ustedes han llamado, ¿cómo es un pacto PP-Vox?

Siempre defendimos que debe gobernar el más votado. El partido que pacta es al que más se le ha votado, no los perdedores, como fueron los demás.

¿Se puede confiar en alguien como María Guardiola, presidenta del PP en Extremadura, que un día dice que no puede dejar entrar en el gobierno a Vox por su negación de la violencia machista y días después dice que es imprescindible dialogar y acordar con ese mismo partido?

El presidente Feijóo ha dejado libertad a los presidentes autonómicos para valorar cómo formar un gobierno, porque hay que evitar repetir elecciones. El Partido Popular defiende sus principios y esos principios son inalterables. Por ahí… no vamos a pasar. En Galicia no creo que se vaya a dar el caso de tener que pactar porque Feijóo ha tenido cuatro mayorías absolutas. La hoja de ruta es un gobierno fuerte y estable, con gente preparada que se dedicará a trabajar y no a pelearse por sillones ni ministerios. Pedro Sánchez también dijo que no dormiría tranquilo con Podemos en el gobierno, luego no lo estuvo y ahora parece que tampoco.

¿Para Rosa Gallego existe la violencia de género o la violencia familiar?

Existe la violencia de género, hay parejas que matan a sus mujeres o a sus hijos para dañar a sus parejas. Eso no se puede negar. Y para el Partido Popular es una línea roja. Yo he estado ante el ayuntamiento con muchas pancartas contra la violencia machista. El gobierno que menos ha hecho por defender a las mujeres ha sido el de Pedro Sánchez, con la ley del solo sí es sí, que fue una barbaridad que rebajó las penas a los agresores sexuales.

Suscríbete para seguir leyendo