Urbanismo inicia la declaración de ruina del edificio con las últimas galerías modernistas de Rubine

El inmueble se encuentra desocupado desde hace 15 años

El Concello ordenó a los propietarios tomar medidas para evitar desprendimientos

Edificio número 29 de Rubine, en el centro.   | // VÍCTOR ECHAVE

Edificio número 29 de Rubine, en el centro. | // VÍCTOR ECHAVE / José Manuel Gutiérrez

La notificación por el Concello a los propietarios a través del Boletín Oficial del Estado del inicio del procedimiento de declaración de ruina del número 29 de la calle Rubine confirma el mal estado de un edificio al que el Catálogo de Patrimonio del plan general define como una “hermosa recreación modernista de la arquitectura de galerías”. El documento añade que fue construido en 1923 y formaba un conjunto con otros tres inmuebles de estilo tradicional cuyas fachadas fueron conservadas un tiempo, pero ya desaparecieron.

La normativa urbanística coruñesa le confiere protección ambiental, que es la que se concede a inmuebles con valor arquitectónico, popular o típico, que por sus características y por contribuir a la definición del entorno deben conservarse con sus condiciones originales.

Las deficiencias que presenta llevaron a la administración municipal a exigir a sus dueños el pasado marzo que revisen el estado de las fachadas ante el riesgo de desprendimientos y presenten un informe de evaluación del edificio, que permanece desocupado desde hace al menos quince años. El pasado día 11 un equipo de trabajadores entró al inmueble, cuyo interior es lugar de refugio para palomas y gaviotas, para retirar escombros.

La imposibilidad de localizar a los propietarios obligó al Concello a publicar la notificación aprobada en marzo en el BOE, en cuya edición de ayer apareció y sobre la que los afectados dispondrán de diez días hábiles para comparecer ante el Concello.

El Gobierno local había informado a este periódico que en 2009 abrió un expediente por deficiencias del edificio, que fue confirmado en 2013. El estado de abandono del interior del inmueble hizo además que el departamento municipal de Medio Ambiente iniciara varios expedientes por motivos de salubridad. Durante la primera mitad del año el Concello efectuó 123 reclamaciones a propietarios de edificios para que eviten desprendimientos en los mismos, de los cuales ocho ya tiene declaración de ruina, aunque estas notificaciones no siempre son efectivas por la imposibilidad de localizar a los dueños.

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