Entrevista | Laura Pérez Vernetti e Isa Feu Ilustradoras, exponen sus trabajos en Viñetas desde o Atlántico

“Nosotras cobrábamos en los años 80 más que lo que percibe un autor actual”

“Siempre se ha hablado de autores hombres del ‘underground’, cuando hay una óptica femenina y un tratamiento diferente por parte de las autoras mujeres”

Laura Pérez Vernetti e Isa Feu, ayer, en el Kiosko Alfonso.

Laura Pérez Vernetti e Isa Feu, ayer, en el Kiosko Alfonso. / Carlos Pardellas

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

El Kiosko Alfonso recibe en esta edición de Viñetas desde o Atlántico una muestra de los trabajos de diversas ilustradoras y artistas centradas en la escena del cómic underground adulto de los años 70 y 80. Laura Pérez Vernetti e Isa Feu son dos de las representantes de esa generación de creadoras que exponen algunas de sus obras en la muestra titulada ¡Mujercitas del mundo entero, uníos! Estará en exposición hasta el 10 de septiembre. Ambas autoras participan este miércoles en dos visitas guiadas por la exposición, a las 12.00 y a las 18.30 horas. Vernetti, además, colabora en una exposición de poesía gráfica en la casa museo Picasso.

“Nosotras cobrábamos en los años 80 más que lo que percibe un autor actual”

“Nosotras cobrábamos en los años 80 más que lo que percibe un autor actual” / Laura Pérez Vernetti

Se dedican al cómic underground adulto. ¿Cómo valoran la evolución que ha tenido el género con el paso de los años?

Laura Pérez Vernetti: Precisamente esta exposición dice pioneras porque nosotras lo hicimos en los años 70 y 80. Siempre se ha hablado de autores hombres del underground, cuando hay una óptica femenina y un tratamiento diferente por parte de las autoras mujeres. Es un filón muy importante en la historia del cómic mundial. En esa época éramos cuatro o cinco. No sólo en España, en otros países.

“Nosotras cobrábamos en los años 80 más que lo que percibe un autor actual”

“Nosotras cobrábamos en los años 80 más que lo que percibe un autor actual” / Isa Feu

¿Qué diferencia sus trabajos de los que hacían los hombres?

Isa Feu: Básicamente, en cómo tratábamos de la mujer y los temas que escogíamos. La mujer hasta ese entonces solo ha sido un tipo florero, tipo la novia de alguien, o sexualizada. En cambio, Laura trató el cuerpo de la mujer desde otro punto de vista y yo, hacía a las protagonistas mujeres con sus problemas cotidianos. Esto, por parte de los hombres, nunca se había tratado de esta manera.

Le dieron a esos personajes la relevancia que merecían.

I.F.: Se trató de hacerlas personas. No objetos del deseo, sino personas. Esto fue lo que empezamos haciendo.

L.P.V.: Eran los mismos temas cotidianos de nuestras vidas, de nuestros personajes. Las mujeres eran personajes reales e interesantes, como lo habían sido los hombres en los cómics anteriores. Y entonces, apareció una óptica de personaje mujer que valía la pena ser leído.

¿Qué acogida recibieron entre las editoriales y el público?

L.P.V.: En esa época lo teníamos muy difícil porque publicábamos menos y cobrábamos menos que los chicos. Ha habido un cambio enorme. Hoy en día hay muchas autoras reconocidas y yo me alegro mucho de que, con los años, haya cambiado tanto la situación.

I.F.: Había, sobre todo, dos o tres editoriales. Y algunas que ya ni lo podías intentar, porque no publicaban a mujeres. Entonces, nosotras en El Víbora lo podíamos intentar, pero era evidente que el editor tenía una actitud condescendiente con nosotras. No éramos dibujantes, éramos mujeres que dibujamos. Se nos conocía como las noyes del Víbora. El editor pensaba “bueno, si son chicas, igual consigo lectores porque son jovencitas y chicas, puede ser un gancho”.

¿Se sentían como un objeto?

I.F.: Nos dejaban trabajar menos, nos daban menos páginas, color... A mí no me dejaron nunca publicar una portada. Solo ella (Laura) publicó una portada y por motivos de fuera. Dijeron “oye, ¿quién es esta persona que dibuja tan bien?” Resultó que era el seudónimo de Laura y por fin le dejaron hacer una portada.

L.P.V.: Una única portada en todos los años 80 en El Víbora hecha por una mujer. Yo no volví a hacer ninguna más. Y tampoco otra autora pudo en una década. No nos dejaron.

¿Ha habido algún cambio?

I.F.: Aún dura la lucha, yo creo. De nosotras, la que siempre ha estado trabajando en el dibujo y en la historieta es Laura, pero tanto, por ejemplo, Marta Guerrero, como yo, tiramos la toalla y nos fuimos a hacer otra cosa. Empecé a pintar, trabajé en el cine, dibujando sí, pero no con historieta, cosa que me sabe muy mal.

L.P.V.: Yo soy muy tozuda y seguí. No había editor y seguía. Pero, por ejemplo, Marta Guerrero ha hecho también dibujo animado. De hecho las autoras han seguido haciendo cosas pero en el cómic, es que incluso autores hombres lo dejaron porque era imposible.

¿Se volvió un sector del que es muy complicado vivir?

L.P.V.: Hay que apoyar la industria española, crear una industria fuerte para que haya editores de cómic del país, no todo sea publicación exterior. Esto es todo un trabajo que se tiene que hacer.

I.F.: Cada mes cobrábamos un dinero. Entonces podíamos vivir, no existía el concepto de novela gráfica. Hacíamos historietas y entonces luego podíamos hacer uno un álbum. Pero claro, yo entregaba dos páginas y las cobraba ese mes.

L.P.V.: Cobrábamos en los años 80, más que un autor actual. Han pasado 40 años.

¿Creen que el sector tiene un reloj de arena?

L.P.V.: Claro. ¿Cuánta de toda esta gente van a poder seguir? Porque se tendrán que ir de casa de los padres, querrán tener su propia casita, sus críos...

Laura colabora también en Viñetas en una muestra de poesía gráfica en la casa museo Picasso.

L.P.V.: Es Vive la vida, con Luis Alberto de Cuenca, publicado por Reino de Cordelia, que es el último álbum que ha publicado el año pasado con sus poemas. Es un poeta muy narrativo, muy claro y gran defensor del cómic.

¿Es una forma de extraer una parte aun más creativa?

L.P.V.: Ahora en la poesía se está haciendo performance, música o lo que hago yo, poesía gráfica. Muchas artes se están dando cuenta de que los híbridos son muy interesantes. Hay poetas que están leyendo cómics, algo que antes no leían.

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