Entrevista | Marivi Ibarrola Fotógrafa de la Movida madrileña, expone en A Coruña

Marivi Ibarrola: “Cuando hacía esas fotos, nadie sabía que la Movida iba a tener tanta trascendencia”

La casa Casares Quiroga expone, en el marco del ciclo 'Elas son artistas' una selección de imágenes que la fotógrafa, conocida como los ojos de la Movida, captó a diversos grupos y artistas en los 80

Marivi Ibarrola, con dos de las fotos de la muestra

Marivi Ibarrola, con dos de las fotos de la muestra / VICTOR ECHAVE

En el cartel promocional se recorta una instantánea en blanco y negro, como todas las demás, pero que esconde una particularidad. En ella, un hombre trajeado y con sombrero, “dispara” a una mujer con algo que a simple vista parece una ametralladora, pero que al afinar el ojo se descubre como guitarra. La mujer levanta los brazos y dibuja una mueca de susto, pero no puede disimular la sonrisa. Ellos son los legendarios Siniestro Total. Ella, la no menos mítica Marivi Ibarrola, los ojos de la Movida madrileña.

Entonces, una joven fotógrafa de fanzines y revistas especializadas que se dedicaba a inmortalizar a las formaciones incipientes que probaban lo nunca visto en salas precarias de aquel panorama musical en ebullición de los ochenta. Ella los hizo inmortales a ellos en sus fotos, aunque, reconoce, entonces no lo sabía. “Esto no lo conocía ni dios. Cuando hacía esas fotos, nadie sabía que la Movida iba a llegar a tener tanta transcendencia”, cuenta ella misma, 40 años más tarde, desde el bajo de la Casa Museo Casares Quiroga, donde estos días, y hasta el 4 de octubre, se puede visitar una cuidada selección de una treintena de estos retratos. De Enrique Sierra con cresta punk rascando la guitarra para Radio Futura a Eduardo Benavente en uno de los últimos conciertos antes de su abrupto fallecimiento. Warhol o Bowie como estrellas invitadas. Ayer, almas anónimas de la noche madrileña. Hoy, rostros imprescindibles del panorama musical español.

La particularidad de la foto del cartel que anuncia la muestra, auspiciada por el ciclo Elas son artistas es que es de las pocas en las que aparece la autora del resto de instantáneas, como suele ocurrir en el gremio. La otra la retrata junto a Joe Strummer, fundador de The Clash, con complicidad de amigos, aunque acababan de conocerse. . “Nos encontramos esa noche, alguien me lo presentó y nos hicimos esa foto. La tenía olvidada en un cajón”, relata.

La muestra es un álbum de fotos de los comienzos de uno de los movimientos artísticos y culturales más revolucionarios de la historia española. Una bitácora en la que Evaristo Páramos enfoca sus enormes ojos hacia el objetivo de Ibarrola y “casi hasta sale guapo”. Sabina, Krahe y Jaume Sisa, dos de tres de La Mandrágora, sonríen a cámara en un garito de Malasaña. Los tres hermanos Urquijo se juntan una foto irrepetible. Todas las composiciones posibles de Siniestro Total, con Coppini, Costas y Hernández en distintas posiciones, se reparten el protagonismo en varias instantáneas. Los hermanos Muguruza, por entonces Kortatu, comparten moto y sidecar con Poch, de Derribos Arias. “En esa moto después posó Eskorbuto, todos fueron subiendo al sidecar aquel día”, recuerda la autora de las instantáneas mientras recorre las imágenes con el dedo como si no hubiesen pasado 40 años. Desde la pared, Alaska, pelo cardado y ojos envueltos en sombra negra, le devuelve la mirada. Mecano, jovencísimos, tienen todo por hacer. “La fotografía siempre fue mi eje. Me encantaba lo que hacía. Revelaba yo después, era todo muy complicado, no había estabilidad y nadie tenía nada, pero había una creación espectacular. Igual algunos tocaban fatal y las letras eran de risa, pero era su manera de vida”, relata.

Un cuaderno de vida en blanco y negro en el que una de las pocas notas de color la pone una imagen de Derribos Arias, pintada por encima por la propia fotógrafa a consecuencia de un mal revelado y que en su día optó por desechar. “Y hoy me encanta, fíjate”, señala.

En la retrospectiva hay sitio también para esas voces, guitarras e imaginaciones gallegas que un día se infiltraron en los circuitos artísticos y musicales de la capital. A ellos, para quien la muestra dedica el título —La invasión gallega de la movida madrileña en los ojos de Marivi Ibarrola— está reservado uno de los espacios de la sala. Así, entre las refundaciones de Siniestro, Antón Lamazares y Fernando Leiro conversan en el taller del primero. Antón Reixa y Xabier Villaverde posan en la imagen contigua. Antón Patiño y Menchu Lamas comparten sofá, y otras figuras como Jesús Ordovás, o Víctor Coyote hacen acto de presencia en una exposición que, a fin de cuentas es mucho más que eso. “Es como una reunión de viejas glorias”, propone la autora.

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