La familia que va más allá de la sangre

Quince niños saharauis se despiden de los hogares coruñeses en los que estuvieron los dos últimos meses con ‘Vacaciones en paz’: “Ellos te dan más de lo que tú les puedes dar”

Cuando se les pregunta a los 15 niños saharauis que han pasado los dos últimos meses en A Coruña gracias al programa Vacaciones en paz —organizado por Solidariedade Galega co Pobo Saharaui— si quieren regresar el próximo año, una sonrisa se dibuja en sus caras. Alguno, incluso, se atreve a levantar la mano, para no perder la oportunidad. Estos niños, a los que ayer les tocó jornada de despedida con una visita al ayuntamiento, vuelven a casa con recuerdos felices. Quizá no haya mejor souvenir posible.

La coordinadora del programa, Mariña Porto, que ha tenido en casa al pequeño Garartt, de 9 años, asegura que la “experiencia es increíble”. “Ellos te dan más de lo que tú les puedes dar. No me canso de decirlo”, resume.

Llegaron a A Coruña hace dos meses y “un poco tímidos”, pero ahora ya se sueltan con el idioma y alguno, como Garartt, ha crecido. “Se va con 7 centímetros más”, cuenta Porto, que informa que estos niños y niñas saharauis escapan “de las temperaturas de 50 grados” de su país en verano para instalarse en esta pequeña ciudad pegada al Atlántico, donde se someten a revisiones médicas y se ponen vacunas.

Se van con la “maleta cargada de regalitos y comida” para sus familias y con más palabras en su vocabulario. “Los primeros días es un poco hablar con señas, pero luego ya se sueltan. Allí, además, estudian español como segundo idioma. El primero es el árabe hasaní”, explica la coordinadora. Este programa crea nuevas familias, esas que no son de sangre pero sí igual de importantes y especiales. “Se crea un vínculo muy fuerte y algunos niños vienen varios años. También estás en contacto con sus familias”, desvela Mariña Porto, que espera que el programa “tenga continuidad” y cada vez vengan más saharauis, de entre 8 y 12 años, ya que la pandemia hizo un poco de freno. “Y creo también que es muy importante que vengan las niñas, que vean otras culturas más allá de la musulmana y que vean que tienen todas los mismos derechos”, añade.

Aunque ahora con internet esta todo visto, la coordinadora de Vacaciones en paz asegura que la primera vez que estos pequeños tocan el mar “es impresionante”. A alguno, además, le “llama la atención ver a gente pidiendo en la calle”. “Te preguntan si tienen familia o por qué no les ayudamos. Al final, aprendes muchísimas lecciones gracias a ellos”, resume Porto, que ya cuenta los días para la próxima edición.

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