Un cuarteto coruñés de talento de camino a la Universidad

Cuatro alumnos de centros coruñeses ganan premios extraordinarios de Bachillerato

Sol Davó Fernández.   | // LOC

Sol Davó Fernández. | // LOC / R. D. Rodríguez

Bachillerato, EBAU y Universidad. Los últimos dos años han sido intensos en la vida de miles de estudiantes gallegos que afrontan un salto cualitativo hacia la enseñanza superior. Los chicos y chicas más aplicados de Galicia durante el último curso acaban de conocer que han obtenido los premios extraordinarios de Bachillerato correspondientes al curso 2022-23 que concede la Xunta. Son 20, y entre ellos hay cuatro alumnos que cursaron los estudios preuniversitarios en centros coruñeses: Sol Davó Fernández y Paula Díaz López, ambas del IES Eusebio da Guarda; Fernando Javier Álvarez Guillemet, del IES Elviña; y Eliana Pascual Sanderson, del Colegio Montespiño.

Paula Díaz López.   | // LOC

Paula Díaz López. | // LOC / R. D. Rodríguez

Hoy ya están en la Universidad y miran con cariño, orgullo y algo de añoranza su etapa como bachilleres. Los cuatro superaron en junio los 13 puntos en la EBAU y una semana después realizaron, gracias a su alta nota media de los dos cursos de Bachillerato, el examen de la Xunta. Consistió en una prueba de Lengua y Gramática con la redacción del análisis de un texto, otra de lengua extranjera y cinco preguntas a elegir entre ocho sobre materias de matemáticas, latín o ciencias sociales. De los jóvenes de los centros educativos de A Coruña, Sol Davó y Eliana Pascual llegaron a los 25,8 puntos, en el top five de los veinte premiados, mientras que Fernando Álvarez se quedó en 25,5 y Paula Díaz en 24,1. Cada uno merece además un premio en metálico de 1.000 euros.

Eliana Pascual Sanderson.   | // LOC

Eliana Pascual Sanderson. | // LOC / R. D. Rodríguez

Tres de los jóvenes ya han estrenado las aulas universitarias en Madrid, Santiago y A Coruña, otra lo hará en dos semanas porque estudiará en el extranjero, en Alemania. Todos coinciden en recordar algún momento “duro” del último curso, en el que siguieron dudando sobre lo que querían estudiar en el futuro o se convencieron de las aspiraciones que tenían antes. Hubo algún “bajón mental”, alguna crisis “a nivel anímico”, muchos tiempo dedicado a apoyar los codos sobre la mesa, pero también muchas experiencias “disfrutables” en solitario y con los compañeros.

Fernando Álvarez Guillemet.  | // LOC

Fernando Álvarez Guillemet. | // LOC / R. D. Rodríguez

Sol Davó Fernández, ya exalumna del Eusebio da Guarda (13,29 en la EBAU), estudia ahora Biología en la Universidade da Coruña. “El Bachillerato me sirvió para alimentar mi pasión por la física y la biología. Hubo momentos frustrantes por la tensión que viven los compañeros. Y la prueba extraordinaria fue más sencilla de lo que esperaba”, recuerda Davó, que habla francés, el idioma que eligió, como lengua nativa. “Desde la ESO supe lo que quería estudiar en la universidad; tuve dudas en hacer doble grado de Biología y Química y al final escogí la primera”.

Mejorar su conocimiento del alemán es una de las aspiraciones de Eliana Pascual (13,77 en EBAU), que el 2 de octubre entrará en la Universidad de Ingolstadt (Múnich), para cursar Ingeniería de Energías Renovables. “Siempre me gustaron las matemáticas, la física, la química y el medio ambiente. Lo tenía claro”, admite esta joven exalumna de Montespiño. “El Bachillerato fue duro, sobre todo porque hubo mucho temario, pero el segundo curso pasó muy rápido y fue una gran experiencia”, recuerda.

Fernando Álvarez (13,69), que desde la ESO cursó en el IES Elviña, bromea al decir que en el Bachillerato se pasó “más tiempo pensando qué iba a estudiar después que estudiando propiamente”. Se decantó por un doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática en la Universidade de Santiago. “El segundo año lo disfruté mucho, aunque la EBAU fue estresante”.

Paula Díaz (13,73 puntos) ya ha empezado Derecho y Administración de Empresas en la Universidad Carlos III de Madrid porque cree que tiene “amplitud de salidas” en el mercado laboral. Recuerda con admiración a “los buenos profesores” que la formaron en el Bachillerato, así como el apoyo de su familia en “momentos de agobio”.

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