La poesía oculta de Picasso

“Si fuera chino no sería pintor sino escritor, escribiría mis pinturas. Después de todo, todas las artes son una sola. Se puede escribir una pintura con palabras, como se pueden pintar sensaciones en un poema”, escribió el genio malagueño Pablo Picasso en algún momento de la década de los 30. El pintor, que pasó parte de su infancia en A Coruña, donde se acercó a las disciplinas artísticas que marcarían su carrera, se reveló entonces como poeta además de artista plástico; una vertiente que exploraría en múltiples ocasiones a lo largo de su extensa vida y obra.

Una faceta que el galerista y pintor albacetense Manuel González Núñez, responsable de Galería Magnú y que se encuentra en la ciudad estos días, desgranó ayer en la Casa Museo Picasso, donde reveló su investigación sobre “los 81 signo símbolos que Picasso encriptó” en el Guernica, que González Núñez define como “un poema pintado”. Unos símbolos que el galerista encuentra detallados y perfilados, y que dibuja una iconografía escondida como bombas, armas, letras e incluso una calavera.

El pintor y galerista estudia la poesía oculta en una de las obras más estudiadas y observadas del mundo, que, defiende, el genio “por no ser exégeta, no contó en vida”, sino que optó por emplear “elementos compositivos”, tales como el caballo, el toro o la figura femenina, presentes y referenciados a lo largo de su obra en múltiples ocasiones y que, en esta, guardan los secretos del cuadro. “Nadie le consideró poeta, pero su poesía es igual de relevante que su pintura. Trataba de aunar la pintura con la poesía”, defiende el galerista, que repartió, durante la exposición de los símbolos, una serie de acuarelas de pequeño formato, únicas en su especie, pintadas por él mismo a lo largo del último año.