Costas recibe autorización judicial para desalojar al último chabolista de A Pasaxe

El Tribunal Superior rechaza el recurso del hombre que sigue viviendo en el relleno de la ría

El afectado podrá recurrir ante el Supremo

La reforma de la zona espera por su marcha

La chabola del último habitante del poblado de A Pasaxe, en medio de la explanada ya regenerada por Costas. |   // VÍCTOR ECHAVE

La chabola del último habitante del poblado de A Pasaxe, en medio de la explanada ya regenerada por Costas. | // VÍCTOR ECHAVE / José Manuel Gutiérrez

Casi dos años después de que recibiese la orden municipal de abandonar el lugar, el último habitante del asentamiento chabolista de A Pasaxe se verá obligado a desalojarlo, ya que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia rechazó el recurso que presentó contra el auto de un juzgado coruñés que permitía a la Demarcación de Costas del Estado recuperar ese terreno, ganado al mar mediante un relleno realizado en 1933. La sentencia, que el afectado puede recurrir ante el Supremo, rechaza los argumentos de esta persona sobre que no se le ofreció una alternativa para residir, ya que se constató que recibió ayudas municipales y que se intentó proporcionarle una nueva vivienda.

El Concello le ofreció en varias ocasiones diferentes lugares en los que podría alojarse, pero los rechazó todos porque se trataba de pisos en los que no puede continuar desarrollando su actividad laboral como chatarrero. Este hombre fue uno de los habitantes del poblado que existió en las ruinas del edificio de la desaparecida Conservera Celta, que fue desalojado en 2006 ante el riesgo de que se desplomasen. Los allí instalados recibieron ayudas de 12.000 euros para realojarse en otros lugares, pero una parte de ellos optaron por trasladarse a solo unos pocos metros, junto a los restos de la antigua fábrica de jabones de La Toja.

Allí permanecieron durante años mientras el Concello intentó convencer con el paso de los años a cada una de las familias para que abandonasen el nuevo asentamiento mediante la concesión de nuevas ayudas. El peligro que suponían las ruinas de La Toja hizo que fuesen demolidas en 2017, año en el que también se retiraron toneladas de residuos que se acumulaban en torno a las chabolas. Costas recibió autorización judicial en abril de este año para ocupar el suelo donde habita el último chabolista y comenzó el acondicionamiento de todo el entorno, que concluyó el pasado julio tras la recogida de 6.000 toneladas de desechos y la explanación del suelo.

Una vez que el único habitante abandone el lugar, Costas podrá planificar la reforma de este tramo del borde marítimo para enlazar el paseo de O Burgo con la playa de Oza, una actuación que también prevé el Concello mediante una reforma del planeamiento desde la playa de Oza hasta A Pasaxe.

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