Tribuna

¿Para cuándo Manuel Ferrol en el puerto?

Pedro Feal

Desde hace algún tiempo, el puerto coruñés viene siendo escenario de exposiciones antológicas de célebres fotógrafos vinculados al mundo de la moda: Steven Meisel, Peter Lindbergh y Helmut Newton, hasta la fecha. Lo cual es lógico pues están promovidas y patrocinadas por Marta Ortega, presidenta de Inditex, la gran multinacional del sector textil surgida y radicada en A Coruña. Quien además ha solicitado una concesión a la Autoridad Portuaria para establecer como permanentes las instalaciones en que se realizan las muestras.

Podemos congratularnos de que esta iniciativa ponga a nuestra ciudad en el mapa del glamour y de la élite de la moda, pero no debemos olvidar que ese mismo puerto fue también el marco en que se obtuvieron, hace ya más de sesenta años, fotografías de un profundo valor artístico y humano que han dado la vuelta al mundo entero. Fueron realizadas por un gran profesional hoy ya reconocido internacionalmente que nació, vivió y murió en Galicia: Manuel Ferrol, quien es conocido como “el fotógrafo de la emigración” precisamente por esas imágenes en blanco y negro entre las que destaca la del padre y del hijo que lloran abrazados antes de la despedida, una instantánea que se ha convertido en todo un icono y un símbolo del sufrimiento de los emigrantes a escala mundial.

Manuel, como muchos le conocíamos y como firmaba sus trabajos fotográficos, había nacido en cabo Vilán, donde su padre era farero, y tras haber cursado Bachillerato en Vigo, inició en A Coruña la carrera de Náutica, que abandonó para dedicarse plenamente a la fotografía. Ejerció primero en Betanzos y luego en Ferrol, para acabar instalándose a partir de 1955 en A Coruña, donde puso un estudio en la calle de San Nicolás que permaneció abierto durante décadas y por el que pasaron a retratarse varias generaciones de coruñeses, incluido quien suscribe. Pero su actividad en el campo de las artes de la imagen fue más allá, incluyendo valiosísimos reportajes gráficos como el arriba mencionado, además de sus trabajos para RTVE, habiendo sido el primer corresponsal del ente público en Galicia, y para el noticiero cinematográfico NO-DO, del que fue corresponsal y operador. Colaboró también en diversas películas e inspiró otras, como Sempre Xonxa, en la que incluso llegó a formar parte del reparto.

Hace apenas unas semanas se cumplieron 100 años exactos de su nacimiento, el 28 de diciembre de 1923, y dentro de poco se cumplirán otros 21 de su fallecimiento, ocurrido en A Coruña el 27 de febrero de 2003. Efemérides ambas que mueven a un merecido recuerdo y que invitan a concebir la posibilidad de una exposición antológica de su amplia obra fotográfica. Y qué mejor lugar sería para realizarla que ese mismo puerto en el que un día de noviembre de 1957 inmortalizó con su cámara a aquellos emigrantes que, desolados por la partida, se embarcaban rumbo a lo desconocido.