Cadena humana en el Agra dos Mallos: “O vendemos o nos arruinan”

Decenas de personas apoyan a los vecinos del polígono en su protesta porque el Concello les exige pagar por conservar sus casas

En las cuatro viviendas del Agra dos Mallos residen una veintena de personas, pero el polígono en el que están incluidas, en su mayoría municipal, les da a sus parcelas una edificabilidad menor a las casas actuales. Esto se traduce en que, para regularizar la situación, deben pagarle al Concello para conservar los inmuebles, o bien vendérselos y marcharse. Los residentes se niegan a acepar estas opciones y este sábado, con el apoyo de otras personas del barrio y familias del cercano colegio José Cornide, formaron una cadena humana para reclamar una solución diferente al Ayuntamiento, pues ahora, según indica el vecino Manuel Barrientos, “o vendemos o nos arruina”.

Barrientos, que participó en el escaño ciudadano del pleno municipal del pasado jueves, debe pagar más de 130.000 euros por conservar su casa, e indica que una vecina, con el edificio más grande, deberá abonar “más de 300.000”. “Legal sí que es, pero no es ético”, protesta el vecino, que reclama que el urbanismo no puede “romper la vida de las personas” y que en él tiene que “entrar la humanidad: las leyes tienen que cambiar y actualizarse”.

Su “descontento principal” se dirige contra el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, con el que indica que no ha habido “diálogo” sobre su situación, sino solo un “monólogo” municipal. Los vecinos han pedido una reunión con el edil de Planificación Urbana, José Manuel Lage, que coordina al área de Díaz y “es el responsable final”. “Queremos que Lage tome cartas”, resume Barrientos. Según afirma, los vecinos también han reclamado a los grupos municipales de PP y BNG que respalden su postura, y afirma que “nos dan apoyo”.

En el pleno, Díaz Gallego defendió que el polígono es necesario porque sin él “no hay accesos a la intermodal” y que con el anterior diseño el vial “pasaba por encima” de las viviendas existentes, mientras que ahora estas “se salvan” si los propietarios pagan. El edil añadió que el Concello redujo las cuotas de urbanización para los dueños que decidan quedarse, y que, si estos venden una casa que tenían arrendada, el Concello les abonaría a los inquilinos el sobrecoste de arrendar un piso similar en la zona durante diez años.