Silencio en los templos de la música en A Coruña

Discovery Music, abierta hace 28 años, se suma a veteranas tiendas de discos que han cerrado en los últimos años, como Portobello o Noni’s

Eladio Lozano en Discovery Music, ante los discos que embalará en cajas.   | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Eladio Lozano en Discovery Music, ante los discos que embalará en cajas. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / R. D. Rodríguez

Las tiendas de discos se extinguen en A Coruña. Aunque sobreviven como refugio de los melómanos más tenaces y pasionales las de apertura más reciente y oferta más diversa, con ediciones especiales, rarezas en vinilo o mucha y variada segunda mano, desaparecen las más antiguas, las que resistían tras décadas de consolidación primero y declive después. Discovery Music, en la calle Arco, es la última en vaciar estanterías y ponerle el candado a la verja. Después de 28 años ya no suena música en el local, y dentro, con cajas y cartones y discos que aún esperan para ser embalados, la imagen es “desoladora”. Como cuando en los últimos años se apagó el reproductor en veteranos templos de la música como Bambuco, Noni’s o Portobello.

Su dueño, Eladio Lozano, llevaba más tiempo vendiendo música en la ciudad, 33 años: en la calle Huertas cuando llegó desde León y poco después en Arco con el mismo nombre de la calle, que cambió por Discovery Music hace casi tres décadas. “Por mí hubiera seguido, por el gusto por la música, pero con la caída de las ventas y perdiendo dinero, si no se puede seguir… hay que dejarlo”, reconoce. El local dejó de atender a finales de noviembre, Lozano solo guardaba pedidos para entregar, y hace días tapó los escaparates para ocultar la vista del vaciado y pegó un folio para anunciar que vende el mobiliario.

En el discurso de Lozano hay pesar por el cierre de su negocio, que se combina con el orgullo de haber proporcionado valioso material musical a sus clientes: “He vendido música única, discos raros que no tenía nadie o casi nadie, cosas que conseguía de Inglaterra y Estados Unidos. Música que vale su dinero, que tiene su valor y hay que saber apreciarlo”.

En su tienda, calcula, hay unos 30.000 discos. Parte intentará venderlos en el mercado del sector. Lozano lamenta que, con el paso del tiempo, desde que la gente dejó de comprar música, se haya perdido cierto respeto a su actividad: “Negocios como el mío lo deben llevar personas que lo sientan, que les guste la música de verdad. Hoy ya no se trabaja como antes, hay quien vende discos sin saber y también hay clientes que ya no dejan opinar a los profesionales”.

Los dinosaurios extinguidos de la música en la ciudad quedan en la memoria de quienes fueron sus clientes, los de paso y los habituales. En los bajos donde se vendían discos y se hablaba durante horas de bandas y solistas, estilos y conciertos, hay hoy almacenes, oficinas o incluso una escuela de música: en el entrañable local que ocupó Portobello durante décadas en Rúa Ciega. Vinilos, cds y memorabilia musical, al menos aún se pueden encontrar y comprar (además de en grandes superficies, en tiendas de segunda mano y en el inmenso mercado online) en La Galleta (Estrecha de San Andrés), 7 Pulgadas (avenida de Oza 121) y en el Mercado del Disco que en las galerías de la calle Real abrió quien una vez fue dueño de Noni’s. Allí la aguja aún se desliza entre los surcos.

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