Vecinos de las Casas de Franco cortan la ronda de Outeiro para exigir cambios en la reforma

Cerca de 200 vecinos de las Casas de Franco, en O Ventorrillo, escenificaron ayer su malestar con los trabajos de reforma del entorno en una concentración frente a sus viviendas y negocios. Los residentes, apoyados por otros colectivos vecinales, cortaron el tráfico de la ronda de Outeiro durante diez minutos al grito de “No queremos muros en nuestro barrio” y “No a las barreras”, para exigir al Concello que revise y modifique el proyecto de rehabilitación del barrio, que planea la elevación de la zona arbolada delante de las casas a través de escalones —con el objeto de evitar filtraciones al aparcamiento— y el levantamiento de un muro también frente a las viviendas.

Unas actuaciones municipales que los vecinos temen que comporten problemas de accesibilidad en el barrio, en el que abundan las personas mayores y con problemas de movilidad.

En lo relativo al muro que franqueará las viviendas, los residentes en las Casas de Franco aseguran que facilitará que queden “encerrados” y “aislados” del resto de la ciudadanía, lo que, alertan, puede ser germen de “problemas de inseguridad”, como los vividos hace años en el barrio, apuntan. “En este mierdón se va medio millón”, “Con un muro esto no es seguro” y “Reforma sí, pero no así”, fueron algunas de las pancartas que portaron los vecinos.

Su malestar se ve incrementado por el hecho de que las obras se están demorando más de lo previsto, lo que deriva en problemas de acumulación de suciedad y otras molestias de accesibilidad. “Hace meses que no pueden pasar bien las ambulancias, ni los taxis, y aquí somos muchos mayores”, señala una vecina. Recientemente, el Gobierno local amplió el plazo de ejecución de las obras hasta junio, debido a problemas con las canalizaciones, propiedad de Naturgy (antes Fenosa), que motivaron el parón en las actuaciones y el consiguiente retraso y sus molestias derivadas.

Otro de los elementos con los que los residentes no están de acuerdo es la eliminación de las plazas de aparcamiento del lateral de la ronda de Outeiro, con la finalidad de aumentar el espacio peatonal y la zona verde de esparcimiento. “Ya no es que vayamos sobrados en A Coruña de sitio para aparcar, si nos quitan esto...”, comentan los manifestantes. Además, los manifestantes mostraron su negativa a otras cuestiones como la eliminación de puntos de recogida de basura, de “accesos peatonales directos” desde la ronda de Outeiro y “la creación de barreras” que impidan el acceso de vehículos de emergencia.

Desde la asociación vecinal de O Ventorrillo confirman el malestar de una parte de los residentes que, si bien no es unánime, sí es “significativo”, y aseguran que han mediado para que el Ayuntamiento se siente con los vecinos para tratar el tema en una reunión que, avanzan, tendrá lugar el día 22 de este mes.

“Abierto a sugerencias”

La alcaldesa, Inés Rey, asegura que, “tal y como se les comunicó” en la mañana de ayer a los vecinos afectados, la obra responde a la puesta en marcha de un proyecto de urbanización y de mejora de “la calidad urbana” de un entorno con gran densidad de población y “con pocas zonas de esparcimiento”. Matizó que el Gobierno local está “abierto a sugerencias” en “alguna cuestión puntual”, y que la actuación persigue “mejoras de accesibilidad y movilidad”, especialmente para las personas mayores. La alcaldesa incidió en que el Concello no se cierra a “hablar con los vecinos” sobre posibles modificaciones “siempre que sea posible”, pero no concretó qué cambios podrían aplicarse. Las Casas de Franco constituyen una de las más recientes áreas de rehabilitación integral delimitadas en la ciudad, donde las administraciones hacen aportaciones para mejoras en el entorno.

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