Costas desalojará en breve de A Pasaxe a un antiguo residente que regresó al lugar

Su hermano continúa viviendo en la explanada donde se hallaba el poblado chabolista y exige su realojo tras rechazar ocho viviendas

El Superior de Galicia ya ordenó su marcha

Explanada del relleno de A Pasaxe, con la vivienda del último residente en el centro. |   // CARLOS PARDELLAS

Explanada del relleno de A Pasaxe, con la vivienda del último residente en el centro. | // CARLOS PARDELLAS / José Manuel Gutiérrez

El culebrón sobre la desaparición definitiva del asentamiento chabolista del relleno de A Pasaxe da un nuevo paso con el inminente desalojo de un antiguo residente en aquel poblado que regresó a ese lugar para reclamar que se le proporcionara una vivienda, por lo que el Concello no le reconoce ningún derecho a ser compensado. Tras la sentencia del pasado octubre del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que autorizó a la Demarcación de Costas para que sea expulsado de los terrenos. El organismo estatal llevará a cabo esa actuación en los próximos días con apoyo del Concello, ya que el afectado no recurrió ante el Supremo.

Pero aún quedará en el lugar otro hombre, hermano del anterior, que sí continuó en A Pasaxe después de que el resto de familias abandonasen el relleno gracias a un programa municipal para su realojamiento. Al igual que su familiar, también llevó el caso a los tribunales y el Superior de Galicia falló a finales del pasado enero en su contra, por lo que la única vía que le restaría para evitar su expulsión sería acudir al Supremo.

Estas dos personas residían inicialmente en el primer asentamiento irregular que existió en esta zona, ubicado en las ruinas de la factoría Conservera Celta, junto al puente de A Pasaxe. El peligro que corrían y la existencia de proyectos inmobiliarios para ese terreno hizo que su propietario, el empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián, les hiciese donaciones económicas para que se trasladasen. La mayoría de quienes vivían allí así lo hicieron en el año 2006, pero otros, a pesar de haber recibido el dinero, se mudaron a tan solo unos metros de distancia, al pie de los restos de la antigua fábrica de jabones La Toja.

La continuidad de un poblado precario en este relleno impidió durante años que la Demarcación de Costas liberase los terrenos que pertenecen al dominio público marítimo-terrestre. Tras la salida del resto de las familias que residieron en ese lugar, inició acciones judiciales contra los dos hermanos para conseguir que lo abandonasen. En los dos casos, el Juzgado de lo Contencioso número 1 dio permiso a Costas para ordenar la salida de estas personas, en abril de 2023 a quien había regresado a A Pasaxe y en mayo a quien había permanecido allí.

Ambos recurrieron al Superior de Galicia y el resultado fue similar en los dos casos. La pretensión del todavía residente de permanecer en la infravivienda que ocupa fue rechazada por la sentencia que destaca que el Concello le ofreció hasta ocho domicilios diferentes o en una de las viviendas municipales que se utilizan para realojos de emergencia, pero que se negó a trasladarse a ellas. También se menciona que los Servicios Sociales del Ayuntamiento se comprometieron a asesorarle para adaptarse a su nueva residencia y a hacer un acompañamiento durante ese proceso, ya que el afectado alegaba que su hermana, menor de edad, residía con él. “Claramente la Administración ha previsto adoptar cautelas que no solo van dirigidas a dar una solución a la menor, sino también al apelante afectado”, menciona la sentencia, que añade se le ofrece “el realojo temporal de la familia en una vivienda de emergencia del Concello”.

El Superior ya había desestimado en octubre el recurso del hermano que marchó de A Pasaxe y volvió posteriormente con una sentencia en la que consideró irrelevantes sus exigencias de que se le proporcionara otra vivienda, ya que esa cuestión no formaba parte del litigio. Pero, aun así, advirtió de que el Concello había adoptado “ciertas cautelas en evitación de perjuicios” mediante atenciones que los Servicios Sociales pudieran proporcionar a esta persona.

El resto de las chabolas que se instalaron junto a las ruinas de La Toja fueron demolidas en 2017 ante el riesgo de que se desplomaran sobre quienes vivían allí. Ese mismo año comenzaron a retirarse las toneladas de basura que se amontonaban alrededor de las viviendas. Tras la salida de la práctica totalidad de los residentes, Costas adecentó la explanada y la acondicionó con vistas a la construcción en el relleno de una senda que recorrerá el borde de la ría. Pero el organismo estatal también tiene pendiente la salida de las empresas que aún ocupan naves en ese lugar y que también pleitean para permanecer en esa ubicación.

Suscríbete para seguir leyendo