El viajero en búsqueda de lo que es Galicia

Alfonso Armada presenta ‘Cuadernos de viaje al país natal’, un recorrido espiritual por la comunidad gallega

Chus Molina, Alfonso Armada y Manuel Vilariño, en la presentación del libro.   | // GERMÁN BARREIROS/ROLLER AGENCIA

Chus Molina, Alfonso Armada y Manuel Vilariño, en la presentación del libro. | // GERMÁN BARREIROS/ROLLER AGENCIA / José Manuel Gutiérrez

“El libro es un intento de explicar por qué me fui de Galicia y si es posible volver”, destacó ayer Alfonso Armada en la presentación este martes en la Fundación Luís Seoane de Cuadernos de viaje al país natal, la obra que recopila los artículos recogidos en el suplemento El Domingo de LA OPINIÓN A CORUÑA, publicado por este periódico en colaboración con la editorial La Umbría y La Solana, la Xunta y el Banco Sabadell.

El fotógrafo y poeta Manuel Vilariño, en cuya casa de Bergondo transcurre el último capitulo del libro, lo calificó como el “adoquín que pone los cimientos de lo que fueron los últimos cincuenta años de Galicia”, así como el “imaginario colectivo de la gente que vivimos desde la Transición hasta nuestros días”.

Para el que fue Premio Nacional de Fotografía en 2007, Armada es un “viajero invisible” que recorre Galicia “en búsqueda de lo perdido” para “interrogarse sobre lo que es Galicia, lo que es él mismo y lo que el futuro le pueda deparar”. Refirió algunas pinceladas de la trayectoria profesional de Armada, quien fue corresponsal de ABC en Nueva York y director del suplemento cultural del mismo diario, así como enviado especial a la guerra de los Balcanes y a la de Ruanda de El País.

El recorrido de la obra se inicia en Pedrafita do Cebreiro, el mismo lugar en el que Álvaro Cunqueiro comenzó en 1962 su peregrinación a Santiago, y a lo largo de las páginas del libro el autor “desdibuja las fronteras entre la narración y la poesía”, según Vilariño, ya que “utiliza numerosos recursos literarios para desplazarse por la geografía gallega”.

En su opinión, la forma de viajar que utilizó Armada es “cercana” a la empleada por Peter Handke o el escritor de viajes alemán Winfried Sebald, a lo que añadió que Armada es un “pensador transversal que establece conexiones con distintos planos”. Al abordar su estancia en A Coruña expone su opinión sobre Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán, pero también la de los escritores Manuel Rivas, Luisa Castro, Marilar Aleixandre y Pilar García Negro y a su marcha de la ciudad efectúa una evocación poética del jardín de San Carlos, según puso de relieve Manuel Vilariño.

El capítulo dedicado a Santiago es relevante porque Armada comenzó allí sus estudios universitarios, aunque Vilariño destacó que ahora “todo ha cambiado”. Apreció una honda melancolía en su regreso al país natal” con la que entiende que “pretende restituir un mapa espiritual”.

La escritora Chus Molina, con la que aborda el capítulo dedicado a A Coruña, citó que en el mismo Armada escribe que en sus regresos a esta ciudad siempre se siente “como si hubiera vivido una infancia en el cuerpo de otro niño”. El autor explicó que pese a haber nacido en Vigo las rivalidades regionales son para él “estúpidas” y confesó que proyecta vivir en A Coruña debido a que para su gusto “el buen tiempo es el invierno”.

Molina también mencionó que Armada en la obra asegura que no ama ningún lugar, lo que dio pie al autor para afirmar que es “irrelevante nacer en un sitio o en otro” y para expresar su rechazo del nacionalismo y advertir sobre el peligro de basar la política en emociones como las que genera ese pensamiento.

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