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Crítica de 'Vivir deprisa' de Brigitte Giraud: la felicidad engañosa de la casa con jardín

La autora, que ganó el Premio Goncourt en el año 2022, narra en su última novela "la historia de un duelo"

La escritora francesa Brigitte Giraud, ganadora del Goncourt 2022

La escritora francesa Brigitte Giraud, ganadora del Goncourt 2022 / EPC

Valèria Gaillard

Con el trasfondo de la venta de una casa en la periferia de Lyon, Brigitte Giraud narra en su último libro, 'Vivir deprisa', "la historia de un duelo". Lejos de gastar el tono melodramático que cabría esperar dado el tema, la novelaPremio Goncourt 2022, explora las causas que desencadenan el accidente de moto en el que muere la pareja de la protagonista y padre de su hijo, Claude. 

La autora despliega en una estructura original una letanía de capítulos breves encabezados con un "sí" a través de los cuales Giraud intenta rebobinar el tiempo para analizar todos los factores que desencadenaron el fatídico accidente. "Si no hubiese querido vender el apartamento", "Si hubiese tenido móvil", "Si mi hermano no hubiera cogido, de improvisto, una semana de vacaciones", "Si el abuelo no se hubiera suicidado", etc. En este sentido, Giraud parece querer leer el libro donde todo está escrito "allá arriba" o, en la tradición musulmana, el 'maktoub'. Si un accidente es un suceso imprevisible, Giraud intenta averiguar si realmente era tan imprevisible como parece de entrada, o si en realidad era el destino.

La autora no esconde por otro lado el componente autobiográfico de la historia que escribe 20 años después de los hechos, de manera que la parte emocional queda amortiguada por esta necesidad de comprender y buscar un sentido a un hecho aparentemente azaroso. De hecho, esta novela responde a una primera que Giraud escribió en 1999, 'À present' ('Ahora'), sobre el mismo suceso, pero con un registro más trágico. 

Resulta sorprendente el hecho de que este premio Goncourt no está teniendo las ventas esperadas, según recoge recientemente la prensa francesa. Sorprendente porque estamos ante un libro breve que no se puede dejar hasta el final. De lectura fluida y tema absorbente, sin ser ningún 'thriller'. De entrada, no hay ningún trabajo estilístico ostentoso, sino una prosa resolutiva y un montaje eficaz. Se sustenta básicamente por la mirada de la autora, que narra en primera persona esta triste historia al tiempo que sabe encontrar el tono justo para convertirla en universal. Es capaz de retratar una experiencia generacional, la de encontrar una casa donde vivir —por supuesto, cada vez más bonita y grande— para fundar una familia y cumplir con el sueño capitalista occidental. 

Quizás el hecho de hacer pivotar toda la trama alrededor de la búsqueda de una casa que comprar y poseer, como símbolo del triunfo vital, le da un punto sumamente actual, al tiempo que permite una reflexión sobre qué es importante en la vida. Aparte de dirigirse a menudo al lector, creando un efecto de complicidad, destaca la chispa de humor de Giraud, que se pinta ella misma en plena euforia inmobiliaria, visitando pisos extasiada y proyectando todos sus sueños en la casa que finalmente adquiere a pesar de las dificultades. Se trata de una antigua casa con jardín donde fue detenido durante la Segunda Guerra Mundial el resistente Jean Moulin que al principio no está en venta. De manera indirecta, por culpa de la casa, su pareja acaba muriendo en un accidente de moto, que no deja de ser, por otro lado, el resultado de un ansia por vivir rápido, por las prisas que nos ciegan a veces, por querer correr demasiado en todos los sentidos y que Giraud desgrana con la lucidez que aporta una mirada retrospectiva.

'Vivir deprisa' sirve, por otro lado, para dar a conocer a una autora que tiene una prosa resolutiva y una mirada sagaz, y que cuenta con otras obras traducidas al castellano como, por ejemplo, 'Ahora' o 'Tener un cuerpo' .