A la vista de la fallida vista judicial que motivó las claras advertencias del juez, los bancos son en estos momentos el principal obstáculo para un acuerdo, tras el cambio de actitud de Hacienda.

Uno de los principales problemas, además del calendario de pago, es la quita a establecer sobre la deuda. El deportivismo siempre mantuvo que el club coruñés debe recibir igual trato que otros clubes y tiene como especial referencia lo sucedido con el concurso de acreedores del Celta.

El Deportivo debe 9,5 millones a Banco Gallego y 26 a Novagalicia. La deuda con Novagalicia no difiere demasiado de la que negoció en 2009 el Celta de Vigo con Caixanova, cuyos pasivos fueron heredados por Novagalicia. El Celta entró en la ley concursal con una deuda de 68,8 millones de euros pero firmó un convenio con los acreedores, en los que Caixanova resultó clave, que le dejó con menos de la mitad de la deuda: exactamente 30,5 millones, es decir, que solo tuvo que afrontar el pago del 44% de la cantidad que adeudaba.

El club vigués adeudaba entonces a la caja 20,3 millones de euros que se quedaron finalmente en poco más de siete tras una primera quita que dejó el débito en 12,8 millones y una operación complementaria en la que se convirtió un crédito de 5,5 millones en acciones del Celta, lo que convirtió a Caixanova -ahora Novagalicia- en el segundo accionista de la sociedad celeste.

El Celta sacó adelante un convenio con sus acreedores con una quita de hasta el 85% en algunos apartados de la deuda, que fijaba un plazo de pago de cinco años prorrogables a diez, en el que la aceptación del principal acreedor bancario fue fundamental, ya que Hacienda se abstuvo en la votación.