La Real Sociedad -próximo rival del Deportivo- dio una lección al Barcelona, de fútbol y actitud, pese a que no pudo pasar del empate, y complicó la vida al equipo azulgrana, que llegará al clásico del próximo sábado frente al Madrid a seis puntos de su rival.

El equipo donostiarra, que mereció el triunfo, confirmó que, en Anoeta, es un enemigo invencible para el Barcelona, que lleva siete partidos de Liga seguidos sin ganar en Liga en este estadio.

Ninguno de los dos equipos escondió sus cartas, la Real con el mismo once que ganó en Gijón y el Barça, que hizo lo propio con su equipo titular en Glasgow, aunque sí hubo sorpresas en el juego porque fueron los locales los que llevaron la voz cantante desde el pitido inicial ante un Barça a la defensiva, desconocido.

La Real estuvo cerca de encontrar el camino hacia la victoria antes del minuto 2, cuando un servicio de Carlos Vela casi lo remata de cabeza a gol Zurutuza, que encontró a Ter Stegen en la línea de gol.

Los azulgranas estaban en su campo y los realistas siguieron sitiando la portería de Ter Stegen, que tendría que volver a intervenir, otra vez en la línea de portería, para evitar un gol de Xabi Prieto, que sigue en una segunda juventud.

El Barça lo pasaba mal y todavía habría de sufrir más antes del descanso cuando la Real, en constantes acometidas, tuvo otra vez el gol en las botas de Willian José y también en un disparo de Oyarzabal, mientras que los de Luis Enrique no tiraron en el primer tiempo a la portería de Gero Rulli.

La segunda parte empeoró todavía más la imagen de un Barça que, después de un chispazo en una falta directa de Neymar, volvió a replegarse y encajó un gol, obra de Willian José, que aprovechó un rechace de Ter Stegen tras un disparo previo de Vela para marcar un bello tanto de cabeza.

Se encendieron las alarmas en el banquillo del Barcelona, pero cuando peor pintaban las cosas para el equipo catalán volvió a aparecer Messi para rescatar a su equipo tras poner su rúbrica habitual a una brillante acción de Neymar.

El Barça quería ir a por el partido pero no podía porque cada descuido le podía pasar factura, como comprobó a quince minutos del final con un lanzamiento de Carlos Vela y, tras el rechace, un gol anulado a Juanmi por fuera de juego.

Vela volvió, en otra galopada, a poner en un apuro a Ter Stegen, que de nuevo se alió con un poste para no encajar un segundo gol y al menos salvar un punto en un estadio que sigue siendo indescifrable en para los azulgranas.