El colista Benevento sumó ayer el primer punto de su historia en la liga italiana, al empatar 2-2 contra el Milan del nuevo técnico Gennaro Gattuso, con un gol de cabeza del portero Alberto Brignoli en el último suspiro.

Tras vivir el peor arranque de la historia de las cinco grandes ligas europeas, con catorce derrotas en catorce jornadas, el Benevento consiguió su primer empate en la máxima división italiana y hundió aún más al Milan, que sigue pagando sus graves desatenciones defensivas.

En el estreno de Gattuso, que sustituyó el lunes al destituido Vincenzo Montella, el Milan se adelantó en dos ocasiones, con Giacomo Bonaventura y el croata Nikola Kalinic. Sin embargo, el Benevento encerró a los milaneses en su mitad de campo, apretando con todo para regalar a la afición que llenaba las gradas de su estadio la primera satisfacción del año.

Y la hinchada empezó a creer en la remontada cuando Romagnoli salió del campo expulsado y el Benevento se instaló completamente en la mitad de campo del Milan. Tras una larga serie de centros despejados por la defensa del Milan, el conjunto sureño consiguió en el 95 una golpe franco en zona lateral, en proximidad del área de penalti.

Ya sin más opciones, el portero del Benevento Brignoli subió hasta el área rival en busca de un milagro. Y sus deseos se concretaron pocos segundos después, cuando golpeó de cabeza el centro de Danilo Cataldi y envió el balón al segundo poste.