Cuando César Carballeira se marchó del Liceo el pasado verano después de toda una vida en el club verdiblanco César CarballeiraLiceo , marcó en rojo en el calendario la fecha de su vuelta a casa. Aunque ya le tocó enfrentarse a su exequipo en las semifinales de la Supercopa de España, en el inicio de la temporada, el regreso al Palacio de los Deportes de Riazor era una de sus principales ilusiones. El fin de semana viajará a A Coruña con sus compañeros del Reus, pero una sanción, de la que cumplirá el domingo el cuarto de los cinco partidos de castigo, le impedirá saltar al parqué en el duelo por la segunda plaza de la OK Liga. Los dos equipos están empatados a puntos, 28, a seis del Barça. Y ninguno tira la toalla. Todos los alicientes para un gran partido que al coruñés le tocará ver desde la grada. "Me da rabia no poder jugar porque es un partido especial. Ya habrá más ocasiones", se lamenta.

Para explicar por qué no podrá estar sobre la pista hay que remontarse al 3 de noviembre, cuando el Reus se enfrentó al Alcoy. "En una acción, me derriban y dejo caer el stick con la mala suerte de que le dio en la frente al rival. Fue sin intención ninguna, nunca quise abrirle la cabeza", recuerda. Los árbitros, de hecho, lo interpretaron así y no le mostraron tarjeta. Sí azul al rival que le hizo la falta -el que se llevó el golpe- y roja a Pere Cañellas, que se tomó la justicia por su cuenta y agredió a Carballeira, al que tuvieron que coserle la cabeza -ambos ya se las habían tenido el año pasado en el Palacio, con un partido de sanción para el local y cuatro para el del conjunto alicantino-. El coruñés jugó los dos siguientes compromisos ligueros sin problema (Igualada y Lloret), pero el Alcoy presentó el vídeo de la jugada a la Federación. "Creía, sabía, que algo iba a pasar. Pero no me imaginaba que iban a ser tantos partidos de sanción. En el vídeo se ve que le doy, pero también que no era mi intención", se defiende. Le cayeron cinco. A su agresor, siete.

De todo se aprende. Y más de lo que duele. No es fácil para él perderse uno de los partidos que más ilusión le hacía jugar. Conoce bien al Liceo y podía ser un arma extra para el Reus. "Pero el entrenador (Jordi García) ya sabe lo que tiene que hacer", se quita peso. A su exequipo lo ve bien pese a sus últimos tropiezos. "Los viajes que se tienen que pegar pasan factura así que es normal que algunas veces pierdan fuera de casa", les excusa. "Empezaron muy bien la temporada y así siguen", continúa y destaca sobre todo a Carlo di Benedetto -"ya se veía venir que iba a ser un gran goleador y lo está metiendo todo" - y a Xavi Malián.

Tampoco le van mal las cosas al Reus pese a que tuvo que rehacerse de la marcha de dos de sus jugadores más importantes, Raúl Marín y Marc Torra. "Estamos invictos en liga y solo perdimos en Champions contra el Porto y el Lodi, además de contra el Liceo en la Supercopa", explica. "Sabíamos que éramos la mitad nuevos y la mayoría jóvenes", añade, "pero nos entendimos muy bien desde el primer momento, hicimos un trabajo increíble y seguimos adelante a pesar de los primeros tropiezos". Por eso no duda en señalar que cada vez van a más y su ascenso en la clasificación lo ratifica: "Nos jugamos el domingo el segundo puesto contra el Liceo. El Barça ya se puede permitir el lujo de perder un partido, pero no es una distancia tan grande. Nosotros nos enfrentamos la siguiente jornada contra ellos -duelo que también se perderá- y a ver qué pasa".

Como con su futuro con la selección española. "Que cuenten conmigo", advierte. El año pasado ya se quedó a las puertas del EuropeoEuropeo, pero una lesión le obligó a abandonar entre lágrimas la concentración. "Se puede decir que con esto he perdido un mes, pero seguiré trabajando como hasta ahora para que me llamen. Me queda toda la segunda vuelta para conseguirlo".