Hay jugadores que, cuando tienen el día, destilan un aire especial. Esa mirada de jugones, como diría el añorado Andrés Montes. Echaba de menos el Leyma al mejor Jeff Xavier, que apareció en el momento más oportuno, la visita al Palacio del líder Palencia. Por fin le entraron los tiros, pero no solo fue ese acierto lo que le hizo brillar. El estadounidense tomó el mando, se echó el equipo a la espalda cuando los visitantes amenazaron en el último cuarto y a su estela fueron el resto a por una victoria que es la campanada de la jornada en la LEB Oro. Siete llevaban sin perder los palentinos. Hasta que se toparon con los naranjas. Pero no sería justo hablar solo de Xavier. Perris Blackwell sigue a un nivel espectacular en ataque y en defensa; Augustas Peciukevicius amenaza cada partido con convertirse un quebradero de cabeza para la directiva coruñesa cuando Di Nunno se recupere de su lesión y Carlos Martín aprovechó la oportunidad que esperó pacientemente hasta ayer desde el banquillo con unos minutos soberbios. En general, el equipo mostró carácter. Atrevimiento primero para aguantar el arreón inicial y confianza cuando, después de haber ido ganando por más de diez, saber recuperarse cuando el Palencia se puso por delante y rematar con paciencia en los minutos finales. El Leyma es quinto, con seis victorias y tres derrotas. A solo un triunfo del cuarteto que domina ahora la categoría „Valladolid, Palma, Palencia y Guipuzkoa„. Por encima de todas las expectativas.

Hubo un punto fundamental. Primer tiro de Perris Blackwell dentro. Igual que el de Sean Smith, el de Jeff Xavier y el de Mirza Bulic. El partido desde el principio ya tenía una pinta diferente a los anteriores, aquellos en los que los jugadores del Leyma parecían enfadados con el aro. Pero Palencia también respondía, en un intercambio inicial. Los naranjas no tenían miedo. Por primera vez en la temporada su acierto les permitía no depender exclusivamente de la defensa. Y, sobre todo, mirar de tú a tú a uno que no es cualquiera. Y siempre por delante, salvo un 18-19 que además supuso el principio de un pequeño estirón. El segundo triple de Jeff Xavier y una fase en la que los visitantes solo consiguieron anotar desde el tiro libre permitió a la plantilla dirigida por Sergio García acabar el primer cuarto por delante (27-22).

El líder no estaba cómodo en una pista en la que el equipo local le hacía sudar en cada ataque. Las dos faltas tempranas de Kamba, el único lío en el que se habían metido los naranjas en el arranque, no fueron un problema porque eso otorgó más minutos a Carlos Martínez. El coruñés, casi inédito en este arranque de temporada, con muy poco protagonismo, se reivindicó con una magnífica actuación. Anotó, defendió y cogió rebotes. El Leyma se gustaba (36-25). Aunque enfrente el Palencia también tenía algo que decir. Dos triples seguidos y un parcial de 0-8 le acercaron (39-35), pero los locales estaban imparables. Siguieron picando y picando, al descanso, 47-39.

Marchaba todo a favor, pero en el tercer cuarto al Leyma le tocó volver a sufrir. Las pelotas se volvían a salir del aro cuando parecía imposible. Había que buscar otros recursos. Este fue el juego interior, en el que Blackwell superaba una y otra vez a un Larsen que ya no parecía tan temible „llegaba como el jugador más valorado de la liga„. Las bombas de Pecius, a lo Navarro, también conseguían superar a la defensa local. Entre el americano y el lituano anotaron 11 de los 13 puntos locales „2 fueron de Bulic„ de este tiempo, en el que la ventaja fue menguando (60-55).

La amenaza visitante se cumplió a 08:25 para la bocina (60-61) con otra mala noticia para el Leyma con la cuarta falta de Blackwell. Fue cuando el conjunto de Sergio García se encadenó a la pista, planteó cada defensa como una batalla y aguantó como pudo los envites. Tres triples seguidos (Pecius y dos de Xavier) avisaron de que iban en serio. El Palencia, en cambio, se atascó y ni siquiera acertó desde la personal. Sí los naranjas, a los que no les tembló el pulso en los tiros libres para asegurar el triunfo que además cerró Blackwell con un tapón en el último ataque del ya exlíder. Por aquí no pasarán.