El Barcelona dejó a un lado su habitual sufrimiento como visitante en las grandes noches europeas de los últimos años para firmar una exhibición, ante el Nápoles (2-4), en el estadio Diego Armando Maradona, testigo del gran partido que hicieron los azulgranas, clasificados para los octavos de final de la Liga Europa tras el 1-1 de la ida.

Toda la efectividad que le faltó hace una semana en el Camp Nou, la tuvo el Barça al inicio de la primera mitad. Insigne sacaba mal en corto un córner en una jugada ensayada, y el conjunto azulgrana robaba el balón para armar una contra a todo velocidad entre Aubameyang, Adama y Jordi Alba, que batía a Meret a los 8 minutos, en la primera llegada visitante de todo el partido. Cinco minutos después, un rechace de la zaga local lo recogía Ferran Torres, que cedía de espuela a Frenkie de Jong para que este hiciera el 2-0 con un gran disparo de rosca desde fuera del área. El prólogo del gran partido que haría el neerlandés en Nápoles.