Julia Cabanas presiona a Anna Casarramona en el partido entre el Borbolla y el Manlleu. | // CARLOS PARDELLAS

Esta puede ser la semana de la esperanza para Julia Cabanas. En su plano profesional como enfermera y en el plano deportivo con el Borbolla. Para el primero ya ha recibido la primera dosis. En concreto, el primer pinchazo de la vacuna contra el COVID. “Había mucha ilusión en el hospital. Estamos todos muy cansados, están siendo unos días muy duros y cuando nos fueron llamando para vacunar se iba notando un gran ambiente, la palabra sobre todo es esperanza”, dice. Para la segunda tiene que esperar a mañana, cuando el equipo visite la pista del Girona. “Es un partido clave, el partido clave”, resume tajantemente, “y no podemos ir relajadas porque hay mucho en juego, ya no solo ganar a un rival directo sino quitarle tres puntos de cara a la segunda fase, que ya tenemos también que ir pensando en ella”.

Ella irá en plenitud de facultades porque la vacuna no le ha dejado ninguna secuela. “Me duele un poco el brazo, pero nada más. Me dijeron que me podía dar dolor de cabeza o incluso mareos. El mismo día me dolía la cabeza, pero es que tuve un turno de 14 horas”, afirma la santiaguesa, que trabaja en Urgencias del hospital compostelano y está notando el incremento de los casos de coronavirus en esta tercera ola que ya golpea con fuerza. “No veo más que positivos. Igual es que ahora hacemos más PCR y test de antígenos, que conocemos los resultados al momento y antes se iban a casa y no eras consciente de que había tantos. Pero yo tenía una sala con diez butacas y se me llenaba todo el rato con positivos por COVID”, se queja y sigue pidiendo “responsabilidad”. “Entiendo que la gente puede estar cansada, ya de los sanitarios no hablo que hemos asumido que aún nos toca seguir con este volumen de trabajo durante bastante tiempo, pero parece mentira que ya llevamos casi un año con esto y que la gente no sepa cómo va”, añade.

En su equipo están siendo lo más responsables posible porque tienen que viajar cada pocas semanas con todos los riesgos que esto supone. Pese a la juventud de la plantilla, está demostrando una enorme madurez. Tanto en esto como en la pista, yendo de menos a más a lo largo de las jornadas para a pesar de ser el recién ascendido ir cogiendo confianza hasta lograr dos victorias importantes, ambas ante rivales directos en la lucha por la permanencia. Una fue en casa contra el Girona, al que visitan mañana. “Hemos mejorado muchísimo porque también tuvimos que trabajar en conocernos y acoplarnos, con muchas chicas nuevas”, dice. “Obviamente, Laura y Lucía —Yáñez, que son mellizas— se conocen, pero el resto no y es muy importante, no solo dentro, sino también fuera. Hemos avanzado y ahora somos una piña, que es una palabra que utiliza mucho Lara y que creo que lo refleja a la perfección”, analiza. “Yo, al ser la mayor, tuve mis dudas de si encajaría, pero la verdad es que estoy muy contenta”, continúa.

Si el Borbolla gana en Girona, llegará el momento de sacar la calculadora. El sistema de competición hace que los cuatro últimos de cada grupo pasen a una segunda fase arrastrando los resultados de los partidos contra los rivales con los que estuvieron encuadrados. Las de Monte Alto lo harían, de momento, con 6, con 9 si mañana logran el triunfo. Lo que no se ponen de acuerdo es en señalar a los equipos que les interesa que les acompañen. “Santi dice Las Rozas, otras dicen Cuencas... yo lo único que sé es que quiero pasar a la siguiente fase, ganar todos los partidos y lograr la permanencia”, sentencia.

Solo tiene 28 años y es una veterana. Estuvo en la primera etapa del Borbolla en la OK Liga y puede comprar. En la anterior, el equipo recibía una goleada tras otra. Ahora lucha de tú a tú contra casi todos los equipos. Pese a todo, se resiste a hablar de una mejoría en el hockey gallego porque hacen falta más equipos y más niñas y porque existe un enorme salto generacional. “O las jugadoras son de 12-14 años o ya de veintimuchos. Muchas lo dejan”, se lamenta, “por eso creo que debería de haber un mayor esfuerzo de los clubes”. Fue algo en lo que puso el acento en el discurso que dio el pasado mes de diciembre en la tercera edición de la Gala do Deporte da Coruña e a súa Comarca, cuando recogió la mención especial por la lucha contra el COVID en nombre de los deportistas sanitarios. Se pueden compaginar estudios y deporte y no hay que dejarlo. Solo hay que tener un poco de voluntad.