“Después de la tormenta llega la calma”, escribía ayer la Federación Española de Piragüismo para celebrar el oro del K4 500 metros español en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría). El barco con el coruñés Carlos Arévalo fue el mejor, por delante del gran favorito Alemania, al que le dio un gran aviso de cara a los Juegos Olímpicos. Y de paso demostró que la elección de los cuatro componentes del equipo, con Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Arévalo y el también gallego Rodrigo Germade, fue la mejor después de que el proceso de selección se tiñera de polémica por las acusaciones de los otros dos candidatos, Carlos Garrote y Cristian Toro. Con ese capítulo ya cerrado y con el oro al cuello, el equipo español sale reforzado de Hungría y saca matrícula de honor en el primer y único test de cara a Tokio. La próxima vez que los cuatro se suban a la piragua en competición será ya en los Juegos, donde volverán a ser uno de los rivales a batir.

“Oro en la Copa del Mundo. No puedo estar más contento. Ahora a seguir trabajando y centrados en el siguiente objetivo, Tokio 2020. Gracias compañeros, menuda regata”, escribió en sus redes sociales el del Ría de Betanzos. “Ha sido una experiencia muy buena. Nos hemos encontrado muy bien desde el primer momento las sensaciones han sido estupendas. Nos ha salido la carrera perfecta”, señaló también en declaraciones a la Federación Española de Piragüismo. Arévalo se va de Hungría con el oro y una quinta posición en el K1 200 metros, una prueba que también disputará en Tokio, aunque ya ha asegurado que es “secundaria”.

Todos los esfuerzos están centrados en el K4. Y los resultados han dado la razón. El K4 español, que ya había sido subcampeón del mundo en 2019, dominó la final desde la primera palada. Y ganó con clara ventaja sobre Alemania y Bielorrusia, que cerró el podio. Por detrás, Portugal, República Checa, Eslovaquia, Alemania, Lituania y Francia. Una euforia contenida porque faltaban algunos rivales y porque en los próximos dos meses hay que seguir puliendo detalles que lleve al equipo a la gloria olímpica.

Plata para las gallegas Jácome y Otero

El éxito del K5 500 español no fue el único de la jornada en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría). Ayer, las gallegas Antía Jácome y Antía Otero se colgaron la medalla de plata en la final de C2 200 metros con un tiempo de 46.03 segundos, solo por detrás de la dupla rusa que hizo 45.23. Jacome y Otero apenas una hora antes habían participado en la final de C2 500 metros en la que fueron sextas con un tiempo de 2:05.95, lejos de Ucrania que venció la prueba con 2:00.72. La medalla de plata es una escasa recompensa tras la decepción de no haber logrado plaza olímpica, también en Szeged, que era el gran objetivo de las dos palistas gallegas, que tendrán que esperar tres años más para lograr su sueño de participar en los Juegos. Isabel Contreras en la final A del K1 femenino 500 metros, acabó en la sexta posición con un tiempo de 1:58.20, a poco más de un segundo de las medallas. La serbia Milica Novakovic fue la vencedora con 1:56.67. Francisco Cubelos e Íñigo Peña, en K2 1.000 metros, ganaron la final B con un tiempo de 3:18.12, por delante de la embarcación serbia (3:19.31) y de la húngara (3:19.40).