Baloncesto - LEB Oro

El día que Zach Monaghan voló sobre el nido del Pumarín

El estadounidense anotó la canasta que le dio al Leyma su primera y única victoria en el fortín del Oviedo, al que visita el sábado con el ascenso en juego

Zach Monaghan, en el Palacio de los Deportes de Riazor.

Zach Monaghan, en el Palacio de los Deportes de Riazor. / Casteleiro/Roller Agencia

No es una película de terror. Es una pesadilla real. Cada vez que el Leyma visita al Oviedo, como tendrá que hacer el sábado con el ascenso en juego, la ecuación acaba en derrota. Pero hubo un segundo de luz en el medio de la oscuridad. El día que Zach Monaghan voló sobre el nido del Pumarín y cambió la historia. El escolta estadounidense, ya retirado de la alta competición con solo 31 años, es una leyenda del club coruñés no solo por ese momento sino por cómo ayudó a construir prácticamente desde la nada el sentimiento naranja que hoy cala la ciudad, su conexión con la grada y su magia en la pista. Pero aquel 25 de mayo de 2021, en el segundo partido de la eliminatoria de cuartos de final del play off de ascenso, aquel lanzamiento a falta de dos segundos para la bocina que puso el 69-70 en el marcador, estará escrito para siempre en el libro de vida del Básquet Coruña. Era la primera vez que se ganaba en la cancha ovetense. La primera y hasta ahora, la última. Y ninguna vez en temporada regular. Qué mejor momento que este, para romper las estadísticas. Él ya enseñó el camino.

Hace tres años de aquel día. El Leyma, en la temporada post pandemia, con Sergio García en el banquillo, ya empezaba a apostar fuerte por el ascenso. No era un objetivo inmediato, sino más a bien a medio plazo, se trataba de ir acumulando billetes para que cada vez hubiera más posibilidades de que tocara el premio gordo de la lotería. El conjunto coruñés ya estuvo a punto de terminar primero aquel curso 2020-21, el único que no otorgaba ascenso directo tras la liga regular porque solo había una plaza en juego que se dilucidó en el play off. Llegó líder a la última jornada, en la que el Castelló asaltó el Palacio y relegó al Leyma a una tercera posición que le emparejaba al Oviedo en los cuartos de final del play off de ascenso, por lo menos con factor cancha a favor. Y se iba a necesitar teniendo en cuenta el factor Pumarín.

El conjunto naranja golpeó primero al imponerse en A Coruña por 74-66. Y como la serie era a tres partidos, viajó a Oviedo con match ball. Y no se dejó intimidar por el supuesto maleficio del escenario. El equipo salió muy serio, dispuesto a dejar sellada por la vía rápida su clasificación para las semifinales. Llegó a acumular una ventaja de 17 puntos en la primera parte (22-39), de 13 al descanso (28-41) y otra vez 17 a la vuelta de vestuarios (30-47). Pero siempre acaba apareciendo el fantasma de Pumarín. La distancia se fue haciendo cada vez más corta. Tanto que a 13 segundos para el final, Micah Speight (hoy en el San Pablo Burgos) puso por delante a los asturianos por primera vez en todo el partido (69-68). Zach Monaghan, que no había estado bien en ataque en el resto del encuentro, asumió la responsabilidad. Es lo que tienen los genios. Que solo necesitan un chasquido para salir de la lámpara. El de Chicago se levantó, lanzó de dos y la pelota entró por el aro. Una canasta para la historia. Porque en los dos últimos segundos al Oviedo no le dio tiempo a la reacción. Caía la maldición. Por lo menos en play off. En temporada regular, sigue vigente.

Tres jornadas y todavía seis aspirantes

La jornada 31 no despejó muchas de las incógnitas en lo alto de la clasificación de la LEB Oro a falta de tres jornadas. La derrota del Leyma no hizo otra cosa que apretar todavía más la lucha por el ascenso directo en la que se mantienen los seis aspirantes, porque tampoco la derrota del Gipuzkoa le descartó de la contienda, por lo menos no matemáticamente. El Leyma tenía un comodín y ya lo gastó. Ahora sus opciones pasan principalmente por dos. Para depender solo de sí mismo, ganar los tres partidos que le quedan, este sábado en Oviedo, el próximo en casa frente al Castelló y en la clausura en Melilla. Se podría permitir otro fallo, pero en ese caso dependería de otros factores. Primero, de que San Pablo Burgos no logre el pleno. Y después, de que en caso de que así sea, o bien Tizona o bien Lleida, o bien los dos, también sumen tres triunfos.

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