"¡Hay que hacer grupo, neniños, hay que hacer grupo!". Esta frase o una similar la dijo Arsenio Iglesias en incontables ocasiones. "A partir de ahí viene todo lo demás para que un equipo funcione", añadía el entrenador de Arteixo cada vez que era reclamado para dar una charla a futuros entrenadores. Sobre esa premisa desarrolló su carrera como entrenador y los números lo avalan. El Deportivo era una piña cuando se convirtió en Súper y era lo que se esperaba que fuese también el actual durante esta temporada. Parecía que no, pero resulta que sí hay unión -con matices- como muestran los futbolistas de la plantilla con su apoyo a Víctor Sánchez del Amo, tras el incendio que provocaron las declaraciones de Jorge Teixeira, representante de Luisinho.

El primero en respaldar al entrenador fue Manuel Pablo, el capitán, que en agosto pasado leyó una nota en nombre de toda la plantilla. En ella criticaba la gestión que Luisinho hizo del conflicto que tuvo con Arribas durante un entrenamiento en Abegondo, en el que la manos llegaron a volar. El asunto parecía medianamente zanjado con la sanción que el club le impuso a los dos futbolistas -suspensión de empleo al portugués durante cuatro días y una multa al madrileño-, pues ambos acataron la decisión. Aparentemente todo estaba calmado, hasta el enfrentamiento que tuvieron Lucas Pérez y Oriol Riera hace cerca de dos semanas. A Luisinho no le gustó como el entrenador gestionó el conflicto y se sintió agraviado.

Habían transcurrido casi nueve meses desde su enfrentamiento con Arribas. Durante ese periodo tuvo participación activa en numerosos partidos. Fue titular en once y entró desde el banquillo en nueve; y dos de ellos se los perdió por sanción, uno por acumulación y otro tras ser expulsado por ver dos amarillas -en Riazor frente al Eibar-. Aparentemente todo estaba solucionado, pero la ausencia del lateral de las últimas convocatorias, a pesar de que Navarro jugaba de central o estaba sancionado, hizo que pensar que todavía quedaban brasas de aquel enfrentamiento de agosto. "No está apartado del equipo", aseguraron desde el club y su agente tras su ausencia en Eibar, donde Juanfran tuvo que actuar de lateral zurdo tras la baja de Navarro a última hora.

Esta situación avivó el fuego y Teixeira provocó su expansión con la rueda de prensa del pasado jueves. A partir de las manifestaciones del agente portugués, los integrantes de la plantilla decidieron dar un paso al frente para mostrar su apoyo al entrenador. Mosquera, de hecho, ya había expresado su opinión el día anterior. "Los aficionados se merecen una explicación. Sí que en la segunda vuelta han habido situaciones complicadas dentro del vestuario, pero no me corresponde a mí decirlo sino al presidente, al cuerpo técnico, a la directiva. En la plantilla estamos veintipico jugadores que somos profesionales. Quizás alguno no lo ha sido del todo", dijo en Abegondo tras el primer entrenamiento de la semana.

Después llegaron las palabras de otros pesos pesados del vestuario, tanto públicamente como entre sus allegados. Laure comentó en una entrevista publicada ayer en La Opinión que "en el vestuario no hubo toda la unión" que hubiesen querido. Más de lo mismo sobre lo que había comentado Mosquera el día anterior. Y ayer, Alejandro Arribas, con quien tuvo el enfrentamiento Luisinho en agosto, fue contundente y habló de falta de profesionalidad. La presencia del central madrileño en la sala de prensa de Abegondo fue una sorpresa, porque no estaba prevista. Fue una decisión personal para mostrar su respaldo al entrenador como antes habían hecho otros compañeros.

Futbolistas y técnicos ya hablaron -incluso ayer los empleados de Abegondo compartieron con el entrenador una comida para celebrar la permanencia-, ahora falta que el consejo de administración entre a valorar el asunto y apague definitivamente el incendio en el que se convirtió el vestuario. Víctor Sánchez sabe que Tino Fernández lo respaldó. El entrenador madrileño fue una apuesta del presidente por delante de otra propuesta. El propio Fernández Pico, avalado por sus consejeros, se apuró a negociar la renovación, que ambas partes rubricaron a finales de enero. Los resultados en ese momento ya no eran los mismos que en la primera vuelta, pero el trabajo de la primera parte de la competición avalaban la continuidad de Víctor. Sin embargo, la duración de la racha negativa, solventada con la victoria en la pasada jornada en El Madrigal, y la aparente mala gestión del vestuario provocaron que la confianza se viese mermada hasta el punto de que el máximo mandatario deportivista asegurase esta semana en dos ocasiones que la continuidad del entrenador dependiese de "la evaluación" que realicen al acabar la Liga.

Fuentes cercanas al club aseguran que Tino Fernández está disgustado por el comunicado que leyó ayer el entrenador en Abegondo. Creen que Víctor Sánchez desvió toda la responsabilidad de este conflicto hacia el presidente, cuando la gestión de un vestuario es competencia exclusiva del entrenador. También sorprendió lo que califican "puya" de Arribas al consejo de administración. "Luisinho tenía que haber salido del club", manifestó. "En su día dije que no sabíais toda la verdad. Después del enfrentamiento -con él en agosto- provoca otra pelea en el vestuario, eso nadie lo ve. Por eso se le aparta, porque es un tipo reincidente", agregó el central. Estas manifestaciones tampoco cayeron bien en la plaza de Pontevedra, ya que se consideran un reproche hacia la decisión de la directiva de mantener en la plantilla a un futbolista que todavía tiene dos años de contrato y que no tienen previsto "regalar".