Deportivo y Badajoz eran los dos únicos equipos del grupo 1 de Primera RFEF que no habían recibido gol en las tres jornadas anteriores. Mackay y Limones frente a frente en Riazor, un duelo de imbatidos que acabó ganando el coruñés. Logró su cuarto cero en su portería, mientras que el guardameta del conjunto extremeño no pudo evitar que Quiles perforara su arco por primera vez en la temporada. Mackay volvió a ser decisivo con sus paradas. Sigue dando puntos al líder y es uno de los grandes culpables del pleno, doce de doce, en estas primeras cuatro jornadas del campeonato.

El canterano blanquiazul venía de dos actuaciones muy buenas. Apenas tuvo trabajo en el 5-0 de la jornada inaugural frente al Celta B, pero luego sí tuvo mucho mérito sobre todo en Tudela (0-1), pero también el pasado fin de semana en Calahorra (0-3), donde evitó el tanto del empate local con una gran parada con 0-1 en el marcador. Ayer completó su actuación más destacada, con varias intervenciones de verdadero mérito tanto en la primera mitad como tras el descanso. Sergio Benito fue el primero que chocó contra el muro de Mackay, quien luego respondió también de manera sobresaliente a los disparos de Aitor Pascual, Cuevas y Pardo.

El coruñés aporta con sus paradas, pero también con la sensación de seguridad que transmite a todos sus compañeros. Confían en él. Saben que a sus espaldas hay un portero de máximas garantías y eso les hace jugar con mayor confianza. Además, Mackay también suma otros ingredientes necesarios para el éxito: liderazgo, carácter ganador y un profundo sentimiento deportivista que contagia a todo el grupo, igual que Álex. Por algo son los dos capitanes de un barco, el del Deportivo, que ha zarpado con viento a favor en la nueva Primera RFEF. Doce puntos de doce posibles, con diez goles a favor y ninguno en contra. Un líder sólido que invita a soñar.