Al Deportivo todavía le queda un largo camino hasta cruzar la meta del ascenso, pero sigue en la senda del éxito y, de momento, ya se ha garantizado el título honorífico de campeón de invierno con una jornada de antelación gracias a sus 40 puntos en 18 jornadas, con seis de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el Racing de Santander. Pase lo que pase dentro de dos semanas en el cierre de la primera vuelta con la visita al DUX Madrid, el equipo blanquiazul llegará al ecuador liguero en lo más alto de la tabla. No vale de nada, ni garantiza que se vaya a alcanzar el objetivo, pero reconforta y es una señal de que las cosas se están haciendo bien. Mérito de todos, sin excepción, pero con algunos nombres propios que sobresalen. Por ejemplo, los de Ian Mackay y Miku Fedor, ayer de nuevo decisivos para amarrar otros tres puntos en Riazor.
El guardameta coruñés evitó que el Talavera empatara realizando varias paradas importantes, mientras que el venezolano volvió a anotar otro gol que sirvió para ganar, el noveno en su cuenta particular, por lo que pasa a encabezar en solitario el ránking de los máximos artilleros del grupo 1 de Primera RFEF. Solo Álvaro Romero, del Algeciras, iguala en el otro grupo los nueve aciertos que lleva Miku.
Pura eficacia pese a fallar ayer un penalti, igual que con Mackay, que ante el Talavera mantuvo por duodécima vez su portería a cero. De los 18 rivales del Dépor, solo seis lograron perforar la meta blanquiazul. Nueve goles en contra en total, una marca con la que el exfabrilista no solo es el menos batido de la Primera RFEF sino de las tres categorías nacionales más altas. Esa fiabilidad en las dos áreas está siendo una de las principales señas de identidad de este Deportivo de Borja Jiménez. Tiene un plan para cada partido y, por lo general, funciona. Suele marcar y es raro que le hagan gol. Sólida base sobre la que seguir construyendo el ascenso.
