El Deportivo reiniciará esta tarde ante el Linares su proyecto (19.00 horas) después de destituir a Borja Jiménez y entregar a Óscar Cano el banquillo con la tarea de enderezar el titubeante comienzo de temporada del equipo. Unos resultados por debajo de las expectativas —doce de puntos de 21 posibles— y las pobres sensaciones que trasladaba el juego del conjunto blanquiazul terminaron precipitando el despido del técnico abulense.
La paciencia duró siete jornadas, pero en realidad las dudas ya venían heredadas de la temporada anterior. La posición de Borja Jiménez ya era muy delicada, con parte de Riazor en su contra, y el club decidió aparcar la continuidad para revitalizar el proyecto con Óscar Cano.
El Deportivo asume así que regresar al fútbol profesional es irrenunciable, y que alejarse de ese objetivo es incompatible con la estabilidad que el consejo de administración colocado por Abanca ha tratado de implantar desde su llegada. Borja Jiménez también fue víctima de la exigencia y la presión que rodean al proyecto y no supo reconducirlas cuando el rendimiento comenzó a resentirse.
Cano también deberá hacer frente a esa obligación por conseguir los resultados acordes a la plantilla. El nivel de los jugadores, sin embargo, ha estado en entredicho desde el arranque de la competición. El nuevo técnico blanquiazul necesitará de una versión convincente de los futbolistas.
Cano posee la reputación de sacar el máximo rendimiento posible de sus equipos a través de una propuesta en la que prioriza la libertad de sus jugadores sobre el campo. Encontrar las mejores relaciones entre ellos es la clave de su filosofía, alejada de los automatismos que buscaba Borja Jiménez. El cambio de paradigma es importante en el equipo, necesitado de unas certezas que fue perdiendo por el camino desde enero.
La apuesta es arriesgada y parece que Cano apostará en su primer partido por sacar el máximo partido a la amplia nómina de centrocampistas que posee la plantilla. Soriano, Olabe, Villares y Rubén Díez se perfilan como titulares esta tarde ante un rival incómodo y a la vez sorprendente.
El Linares ya consiguió la temporada pasada clasificarse para el play off de ascenso —lo eliminó el Deportivo en la primera eliminatoria—, pero este curso se ha colocado como colíder y aventaja en siete puntos a los blanquiazules. Atrevido y con una propuesta alegre, el conjunto andaluz representará una importante prueba para el Dépor al ser el primer rival de la parte alta al que se enfrenta en este primer tramo del campeonato.
