Dépor-Fuenlabrada

Riazor, el eterno salvavidas

El Dépor y Cano, muy cuestionado, se agarran a la fiabilidad en casa para reaccionar a costa del ‘Fuenla’

Pablo Martínez y Jaime Sánchez, sobre el césped de Riazor. |  // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Pablo Martínez y Jaime Sánchez, sobre el césped de Riazor. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA / E. Cobas

Si las matemáticas sirvieran para algo en el fútbol, este sábado al Deportivo le tocaría ganar porque en su ecuación figura Riazor, donde se ha mostrado casi infalible esta temporada. Fuera de casa es un equipo vulgar, del montón, triste. En su estadio, en cambio, es el mejor como local, el que más ha sumado de todos los de su grupo (34 puntos). A Riazor se agarran el Dépor y, muy especialmente, Óscar Cano, cada vez más cuestionado tras los recientes desastres en León y en Salamanca, donde muchos de los aficionados blanquiazules desplazados enfocaron sus críticas hacia la figura del entrenador. Hoy se la juega, él y todos, porque las opciones que le quedan al Deportivo de seguir aspirando al ascenso directo pasan, única y exclusivamente, por sumar los tres puntos ante un Fuenlabrada también muy necesitado, aunque por otro objetivo bien distinto, la permanencia.

Cano en principio tiene a todos disponibles salvo al lesionado Pepe Sánchez y al sancionado Roberto Olabe, que solo tendrá que cumplir un encuentro de castigo, un mal menor teniendo en cuenta que, tras ser expulsado en Salamanca, rompió de una patada una puerta del Reina Sofía, incidente que fue reflejado en el acta. Podían caerle más partidos, pero solo se perderá el de este sábado ante el Fuenlabrada. Los demás, todos listos, incluido Lucas Pérez. Ayer en Abegondo se quedó en el gimnasio para realizar trabajo personalizado y no salió al césped junto a sus compañeros, pero según el club está disponible, a falta de completar el entrenamiento del viernes a puerta cerrada en Riazor.

La cita es tensa para los dos, el Dépor en su lucha por el ascenso y el Fuenlabrada por la permanencia, aunque dentro de la normalidad de la exigencia competitiva, nada que ver con la guerra de hace tres años, cuando al equipo coruñés no le dejaron luchar en el terreno de juego por evitar la caída a la tercera categoría nacional, todavía entonces bajo el nombre de Segunda División B. La adulteración de la competición por la ruptura del horario unificado previsto para la última jornada y las consecuencias, competitivas y sanitarias, del caso Fuenlabrada, todavía impunes, marcaron la última visita del equipo madrileño a Riazor, la del paripé que acabó con victoria coruñesa (2-1) el 7 de agosto de 2020.

Mucho, muchísimo, han cambiado ambos equipos desde entonces. Casi todos los jugadores son nuevos. Por ejemplo, Rubén Díez, que este sábado regresará al once para ayudar al Dépor a llevar la iniciativa, como suele hacer en Riazor. También vuelve Antoñito, baja por sanción en Salamanca. Tanto Óscar Cano como Alfredo Sánchez harán públicas sus listas de convocados tras los entrenamientos del viernes.

Suscríbete para seguir leyendo