Cómo la psicología puede ayudar al Dépor en la búsqueda del ascenso

Ángeles Amor, doctora en psicología y especialista en el mundo del fútbol explica qué puede aportar Joaquín Sorribas a los blanquiazules

“Es fundamental”, remarca sobre la preparación mental

Joaquín Sorribas

Joaquín Sorribas / RCD

Xane Silveira

Xane Silveira

En una sociedad incapaz de levantar la mano para solicitar ayuda, cada mensaje referente a la psicología ha cobrado una mayor relevancia en el deporte, un mundo capado a la derrota y en el que la frase “todo va bien” redunda en los pasillos. Casos como el de Víctor Camarasa recientemente, han sido un ejemplo de que en el día a día el factor mental juega un papel fundamental. Que, aunque luzca el lujo, en la élite también pueden existir problemas. Después de varias temporadas en las que sobre Riazor ha sobrevolado la duda de la necesidad de un especialista, el Deportivo ha solventado una carencia existente en la estructura del club desde hace tiempo. Aunque ya contaba con dos especialistas, Jacobo Ceibe y Elkin Flores, la entidad coruñesa decidió contratar a Joaquín Sorribas, quien se une al día a día de la primera plantilla y compaginará el primer equipo masculino y femenino. Un fichaje que busca compensar esa importancia capital hasta el momento descubierta.

“Puedes estar físicamente bien, pero si la mente no funciona correctamente, no arrancas”. Son palabras de la doctora Ángeles Amor, piscóloga especialista en ámbito futbolístico, quien cree que el impacto puede ser muy positivo. Entre las funciones que tiene un psicólogo en un equipo deportivo o una entidad, se encuentra la búsqueda de “la mejor versión” a través de “la gestión de emociones” y el manejo de situaciones complejas como “la presión”. Cabeza y fútbol van de la mano y por eso trabajar el aspecto emocional es “fundamental”.

Joaquín Sorribas se incorpora desde ya al primer equipo masculino, de momento. Su función se irá desplegando también hacia el femenino y le unirá a la estructura que forman Ceibe y Flores, más centrados en el trabajo de la cantera y la residencia. Que pueda estar en el día a día, Ángeles Amor cree que es “fundamental”, más allá de la importancia de poder contar con un agente externo que pueda acompañar al deportista durante un largo plazo. “Es importante que el psicólogo, además de al futbolista, conozca bien el entorno o el entrenador para tener más información”, explica Amor. Un especialista que trabaje en el día a día puede “entender mejor el entorno” que alguien externo, quien también es de utilidad.

La doctora considera, eso sí, que “no todo el mundo necesita un psicólogo”, ya que depende de la personalidad de cada individuo.

Es habitual que al futbolista de élite le cueste reconocer abiertamente que acude en busca de ayuda, una deriva que va tornando poco a poco. “Decirlo ahora tiene un valor que antes no”, reconoce. Ahí es donde también ganará una mayor relevancia la figura de Sorribas, quien compartirá de una forma más natural el día a día.

Ángeles Amor trabaja en A Coruña y conoce de buena mano la situación del Deportivo. Un entorno en el que existe presión y hay que aprender a manejarla. “Son jugadores de Segunda B que juegan ante una afición de Champions”, remarca. Bajo su punto de vista, el exceso de emoción puede llevar al error y a la precipitación, disminuyendo por tanto el rendimiento deportivo. Una situación que podría estar pagando la propia plantilla blanquiazul. Tras cuatro partidos como local, no han logrado ningún triunfo en Riazor.

“Son jugadores de Segunda B que juegan ante una afición de Champions”

Ángeles Amor

Para ello, recomienda trabajar “la visualización” para convertir los partidos de casa en un “entorno cercano” en el que el jugador “se sienta cómodo”; que “el futbolista salga a un lugar que sea sano y pueda transferir su rendimiento ante 28.000 espectadores”. No se trata de una presión negativa, sino que, al jugar ante su afición, el deportista quiere agradar y termina fallando. “Si el nivel de activación pasa a ser tan alto hace que el juego sea peor”. La diferencia se palpa cuando el futbolista rival llega a Riazor. No tiene que cumplir una expectativa y por tanto se crece: “Si eres visitante te comes el mundo, este pasa a ser tu partido de Champions”.

El Deportivo lleva años tratando de cuidar el trabajo mental en la cantera. Los jugadores jóvenes, en sus residencias, tienen acceso a dicha asistencia. Ángeles Amor cree que es fundamental la concienciación y la labor psicológica desde que los niños son pequeños. “En el fútbol base es muy importante. Los padres generan grandes expectativas, hay niños que pasan de ser los mejores o incluso de jugar en selecciones al banquillo... hay muchas situaciones comprometidas que pueden afectar”.