Rueda: “Aprendimos de los errores de hace cuatro años y ahora el PP está al alza”

El PP gallego crece y vuelve a tocar poder urbano, aunque se tendrá que conformar solo con la Alcaldía de Ferrol, pues no consiguió el impulso suficiente para tomar el bastón de mando en ninguna de las otras ciudades. En A Coruña, Santiago, Lugo y Pontevedra suben apoyos y logran ser los más votados pero no obtienen la mayoría absoluta necesaria para gobernar. Son las primeras elecciones de Alfonso Rueda como líder del partido tras la marcha hace un año de Alberto Núñez Feijóo para dirigir el PP nacional. Sale así airoso de este primer examen electoral tras mejorar resultados respecto a 2019. “Estamos al alza. Somos la fuerza que más sube. Aprendimos la lección hace cuatro años. Corregimos errores y ahondamos en los aciertos”, proclamó ayer el presidente del PP gallego.

Los populares obtuvieron el 39% del respaldo electoral, cinco puntos por encima de los comicios de 2019. Fueron la fuerza más votada en 191 concellos y obtuvieron 1.765 concejales (133 más que hace cuatro años). “Ganamos en dos de cada tres ayuntamientos y en cinco de las siete ciudades”, subrayó Rueda. Con estas cifras en la mano el líder popular dejó claro que el PP gallego “es el partido ganador de estas elecciones” por mucho que otros partidos se haya proclamado “vencedores”.

Estos buenos resultados se verían en todo caso reforzados si el PP consigue las Diputaciones de Lugo y Pontevedra. Pasada la medianoche todavía estaban en el aire, aunque el dirigente del PP aseguró que había “grandes posibilidades” de hacerse con el timón de mando de estas dos corporaciones provinciales que ahora gobiernan en coalición PSdeG y BNG. Sin embargo, este éxito podría verse contrarrestado si pierden la Diputación de Ourense. Al cierre de esta edición todavía no estaba claro si Manuel Baltar podría conservar el poder en la institución provincial ourensana.

Rueda achacó el crecimiento electoral del PP gallego a que “se reforzaron equipos y proyectos, siempre con humildad”. “Galicia votó con sentidiño”, se congratuló. Así, dio gracias a “todos aquellos que apostaron por la estabilidad, el progreso y alcaldes previsibles”.

Aunque han mejorado resultados, hay que tener en cuenta que el punto de partida era muy malo, pues en las anteriores elecciones municipales de 2019 dejaron al PP fuera del gobierno de todas las ciudades gallegas además de las diputaciones de A Coruña, Pontevedra y Lugo. El PP gallego creció en estos comicios a costa de absorber los votos de Ciudadanos —que desaparece del mapa urbano— y se aprovechó además del desgaste del PSOE.

La mayor alegría de los populares fue recuperar la Alcaldía de Ferrol. De esta manera vuelven a tocar poder urbano, aunque sea la ciudad más pequeña de Galicia. Hasta ahora era Arteixo el concello más grande en el que gobernaban los populares.

El éxito en Ferrol refuerza al presidente provincial del PP, Diego Calvo, que tras la marcha de Alberto Núñez Feijóo reclamó un mayor peso de A Coruña dentro del partido para apoyar a Alfonso Rueda y terminó convirtiéndose en vicepresidente segundo en la Xunta.

Pero además el PP mejora sus resultados en el resto de las ciudades, con la única excepción de Ourense, donde Manuel Cabezas obtuvo siete concejales, los mismos que obtuvieron en 2019. Pese a que las encuestas pronosticaban al PP que sería el partido más votado en la ciudad de As Burgas, Democracia Ourensana dio la sorpresa a última hora convirtiéndose en la fuerza mayoritaria.

En Vigo los populares consiguen una discreta mejoría —suman un concejal más— pero siguen lejos de minar el liderazgo de Abel Caballero. En A Coruña, Santiago, Pontevedra y Lugo el PP fue el partido más votado, pero no consigue alcanzar la mayoría absoluta, de manera que no podrán gobernar.

En todo caso, los resultados de estos comicios dan impulso al PP de cara a las próximas citas electorales que se avecinan. A finales de año están previstas las generales. El éxito alcanzado en su tierra dará alas a Alberto Núñez Feijóo para llegar a Moncloa. “El cambio está ahora más cercano de cara a las generales”, señaló Rueda.

Pero además se despejan las dudas sobre la fortaleza del PP gallego tras la marcha de Feijóo a Madrid. Se consolida el efecto Rueda, que encara así claramente reforzado su último año de mandato al frente de la Xunta antes de las elecciones autonómicas previstas para 2024.