La larga lista de temporales que padece la costa gallega en los últimos meses ha convertido en anécdota los días en que la flota puede salir a faenar, lo que hace que algunos puertos -y los marineros y mariscadores que trabajan en ellos- se encuentren en una situación de "extrema necesidad". Es el caso de los profesionales de la dársena coruñesa que, según el patrón mayor de la cofradía de A Coruña, Manuel Cao, solo han podido trabajar tres días, "a lo sumo cuatro", desde finales de año. Por este motivo, alerta de que la situación de muchos marineros es crítica y exige a las administraciones -tanto Xunta como Gobierno central- "que echen un cabo a un sector al que tienen olvidado". "Ya pedimos medidas compensatorias a través de la Federación Galega de Confrarías y lo único que se nos propuso, y se publicó en el Boletín Oficial del Estado, es una moratoria en el pago de las cuotas a la Seguridad Social. Y eso no nos soluciona nada", explica Cao.

"Esto ya no es un May-Day, estamos pidiendo oxígeno. Hablamos de un sector que vive muy al día, y últimamente no logra ingresos. Ya se ve a gente que tiene que pedir dinero a compañeros para hacer la compra y dar de comer a sus familias, algo muy triste. Y duele más que no haya ningún tipo de respuesta por parte de las administraciones", lamenta el patrón mayor de A Coruña.

El representante de la flota coruñesa -el pósito cuenta con 330 socios- insiste en reclamar medidas que palíen el daño económico causado por los temporales, especialmente para aquellos profesionales que se encuentran en una situación más difícil. "Lo básico sería que el Igape (Instituto Galego de Promoción Económica) diese avales a aquellos que tienen deudas con la Seguridad Social o Hacienda, para evitar embargos. Después, al estar al corriente de pago, ya se podrían conceder ayudas directas y que todos los profesionales pudiesen acceder a ellas", remarca Cao, que incide en que muchas veces los más necesitados -que ni pueden pagar las cuotas a la Seguridad Social ni saldar sus compromisos con Hacienda- son los más perjudicados en las ayudas al sector porque quedan excluidos si no están al corriente de todos los pagos.

El patrón mayor de A Coruña reclama, por ello, una mayor sensibilidad de los políticos ante las dificultades por las que atraviesa la pesca gallega y una actuación rápida. "Como la que tuvieron para ponerse a arreglar la Pedra de Abalar y el santuario de Muxía", sentencia Cao.

El pósito coruñés cifró en 200.000 euros el daño económico causado por los temporales hasta mediados de febrero. Una cifra que la cofradía no ha actualizado ante "el nulo caso que hacen las autoridades a la situación por la que estamos pasando". Fuentes del sector calculan que un barco de artes menores deja de ingresar entre 300 y 500 euros cada día que queda amarrado a puerto, una cantidad que se multiplica "hasta por treinta" en el caso de la flota de arrastre, entre 9.000 y 10.000 euros por cada jornada de trabajo perdida.