Galicia da hoy la bienvenida a la primavera -aunque la estación astronómica ya comenzó ayer- y deja atrás un invierno marcado por las lluvias, los fuertes vientos pero sobre todo los temporales en el mar que han obligado a activar hasta siete alertas rojas cuando la media en este periodo no pasa de tres. Este invierno, además de contar con el récord de alertas rojas, coincide con el de mayor oleaje de los últimos 57 años. No solo las continuas borrascas han sido "excepcionales", sino también los episodios con oleaje superior a diez metros porque hay que remontarse a 1957 para encontrar tantos seguidos.

El balance de invierno presentado ayer por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) revela además que en los meses de diciembre, enero y febrero ha llovido más del doble de lo habitual y de hecho no se recuerda un primer trimestre del año con tantas precipitaciones desde 1945. Pese a que la comunidad gallega junto con otras autonomías de la cornisa cantábrica ha sido de las más afectadas por los frentes, la distribución de las lluvias ha sido irregular. De esta forma A Costa da Morte y Os Ancares se sitúan como las áreas donde más ha llovido frente a Lugo o la ría de Vigo, en las que han tenido algunos episodios de calma.

Pero en general, pocas jornadas ha habido sin precipitaciones este invierno. De los 89 días que duró la estación 67 estuvieron pasados por agua -la media son 40- y en parte gracias al tiempo seco que trajo la entrada de marzo, ya que tanto enero como febrero pasarán a la historia como dos de los meses con más días de lluvia en Galicia desde que hay registros. En estos dos meses también la cantidad de agua recogida superó la media en un 80%. Y si se tiene en cuenta el periodo del 21 de diciembre al 20 de marzo la cifra asciende a 789 litros, la más alta por detrás de los 1.000 litros contabilizados en 1978.

Las continuas ciclogénesis se hicieron notar en el mar con fuerte oleaje y en tierra con precipitaciones y vientos intensos, sobre todo en la costa. En el norte de A Coruña y Lugo se alcanzaron rachas de hasta 150 km/h en Nochebuena y una de 174 km/h en Estaca de Bares el 28 de diciembre que dieron lugar a otras muchas en enero y febrero por encima de los 100 km/h. Solo las temperaturas se han mantenido en niveles "normales" estos meses. La sucesión de borrascas del Atlántico provocó la llegada de varias ciclogénesis explosivas a la comunidad. La primera, Dirk, el día de Reyes, una jornada en la que se batió rércord de oleaje, con 11,5 metros en cabo Silleiro.

Febrero comenzó con otra ciclogénesis denominada Nadja, a la que sucederían Petra el día 4, Qumaira el día 6, y a la jornada siguiente Ruth, que dio paso a Stephanie en la madrugada del día 10. Entre el 11 y el 14 Galicia sufrió dos nuevos frentes: Tini y Ulla, que al igual que las anteriores dejó lluvias intensas y vientos fuertes. La situación mejoró en marzo con dos semanas de tiempo seco y temperaturas primaverales. Pero hoy, coincidiendo con la entrada de la nueva estación, regresan las lluvias -aunque nada tienen que ver con las ciclogénesis invernales- y según las previsiones de la Aemet hoy habrá chubascos y bajarán los termómetros. La misma situación se repetirá mañana y el mercurio no pasará de los 15 grados en gran parte de la comunidad. Ya el domingo remitirán las precipitaciones pero "continuará la sensación de frío", según confirmó ayer el delegado de la Aemet en Galicia, Francisco Infante.

La nueva estación se dejará notar en toda su esencia la próxima semana con "tiempo típico de primavera", es decir, "inestable y variable". Y así se espera que sea también la Semana Santa a mediados de abril. "Con nubes, días de lluvia, otros de sol, jornadas de temperaturas frías y otras más cálidas", añadió Infante.