El vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, censuró ayer las escenas "en absoluto democráticas" que se produjeron en las asambleas de los trabajadores de Justicia. Aseguró que hubo "presiones" durante toda la jornada, en referencia a los tres sindicatos contrarios al acuerdo, y que eso "incidió" en el resultado final, que fue muy "ajustado", ya que casi un 53% rechazó la propuesta avalada por los sindicatos SPJ-USO, UGT, CISF y CCOO.

El mayor rechazo a este acuerdo se produjo en las ciudades de Vigo y Pontevedra, donde, quiso destacar el número dos de la Xunta, "hemos visto escenas de presión a los que intentaban votar". "Las imágenes hablan por sí solas", ya que en algunos momentos, añadió, "tuvo que entrar la Policía" e incluso llegó a paralizarse momentáneamente la consulta. "Son escenas que no son de recibo pensando que una votación se debe desenvolver en total libertad", censuró Rueda, quien añadió que en el caso de Pontevedra hubo "un grupo" que se dedicó a "presionar" a sus compañeros "para que no fueran a votar o para condicionar su voto".

El vicepresidente gallego estableció una relación directa entre las presiones ejercidas en estas dos ciudades y el hecho de que fueran precisamente los dos lugares con mayor éxito del "no". El resultado en las ciudades de Vigo y Pontevedra fue clave para el conjunto de Galicia, pues en ninguna otra provincia hubo tal diferencia entre las dos opciones en liza.

El conselleiro de Xustiza insistió en que "nadie puede decir que esas son circunstancias normales para acudir a votar" y subrayó que en cualquier otro proceso electoral sería "absolutamente impensable" que se pudieran producir este tipo de situaciones.

Los sindicatos que impulsaron la votación (USO, UGT, CSIF y CCOO) denunciaron ayer las coacciones e intimidaciones de que fueron objeto por parte de las tres centrales que no querían poner fin a la huelga. Incluso, a título personal, ponían en duda la validez de los resultados porque estuvieron condicionados por la campaña de presión, si bien no se habló en ningún momento de impugnarlos.

Manuel Díaz (UGT) calificó lo ocurrido como "absolutamente lamentable", pues considera que los tres sindicatos realizaron "un ejercicio de intolerancia para tratar de impedir que se votase libremente, coaccionando, amenazando e insultado". "Ha habido situaciones muy difíciles y muy complicadas para quienes las han sufrido. Fue un ejercicio de violencia física y verbal, tremenda. Han podido cometer varios supuestos delitos como coacciones, amenazas, insultos, daños materiales y, los dos más graves, impedir el derecho fundamental al voto y la incitación al odio", denunció. "Es triste que la gente con la que has estado hasta hace nada codo con codo, pasándolo mal y luchando, hoy se hayan comportado así", censuró el miembro del sindicato UGT.

Por parte de CSIF se califica de "lamentable" las acciones provocadas por los tres sindicatos restantes del comité de huelga, "que pretendieron boicotear la consulta hasta el punto de que fue necesaria la presencia policial en algunos centros". Estas central también habla de "coacciones, insultos y amenazadas".

La postura oficial de los promotores de la consulta, en todo caso, se conocerá a lo largo del día de hoy en un comunicado.

Por su parte, CUT, STAJ y CIG consideraron que los funcionarios votaron "dignidad" al rechazar el acuerdo que, dicen, pactaron los otros cuatro sindicatos con la Xunta a sus espaldas.

"La gente habló y habló dando respuesta a una traición y a la dignidad que por suerte la mayoría del colectivo de Justicia tiene, la gente no se vendió, siguió adelante luchando por lo que quiso luchar", declaró Óscar Freixedo, miembro del sindicato CIG.