"Quedó sin tropa", "perdió apoyos y su capacidad de influencia era cada vez menor". Esta es la explicación que dirigentes del PSdeG daban ayer a la marcha de Manuel (Pachi) Vázquez, que fue secretario xeral del partido y candidato a la Xunta, además de conselleiro de Medio Ambiente y alcalde de O Carballiño.

"Si tuviera soldados con los que resistir, con los que plantar batalla", Pachi Vázquez no abandonaría la militancia del PSdeG, pese a los "vetos y traiciones" que él mismo denuncia. "No le falta razón en sus quejas, le han hecho muchos feos, en la dirección gallega y en Ourense, y le han traicionado, pero si tuviera opciones de tocar poder o influir, no se iría del PSdeG", razonaba ayer un cargo socialista. ¿Por qué? "Porque es un yonki de la política", responde un dirigente. "Es un ludópata de la política, está enganchado a la política", remarca otro. Y por esta misma razón, no se creen que se vaya a su casa, aunque desde su entorno descartan su desembarco en otra formación.

Pachi Vázquez les ha trasladado a sus próximos que está a punto de jubilarse. Es funcionario en la delegación de la Consellería de Sanidade en Ourense. Y lo único que quiere es descansar. Insiste el que fue líder de los socialistas gallegos, después de que el PSdeG regresara a las filas de la oposición tras el bipartito, que no comparte la actual línea política del PSOE, algo que ya ha dejado claro en diversas ocasiones en las redes sociales, y además se siente maltratado por las direcciones autonómica y provincial del PSdeG. En la lista de agravios incluye el no haber sido invitado al acto de proclamación de Gonzalo Caballero como candidato a la Xunta, pese a que en las primarias apoyó al político vigués para tomar las riendas del PSdeG. A Pachi Vázquez, que hizo sus primeros pinitos en la política en las filas del CDS, pero pronto se pasó al PSOE, sus propios enemigos en las lides partidarias le reconocen "valía, inteligencia, entusiasmo e instinto político".