Las consecuencias del cierre de fronteras terrestres vigente desde la medianoche se están dejando notar en el paso entre Tui y Valença, el más transitado entre Galicia y el norte de Portugal, con colas de más de tres kilómetros, una medida adoptada por las autoridades para prevenir la expansión del coronavirus.

En las inmediaciones del puente internacional sobre el río Miño hay habilitado uno solo de los dos carriles de circulación, en el que desde primera hora se ha formado una larga hilera de vehículos, la mayoría camiones de transporte de mercancías, a los que la Policía Nacional deja pasar de forma automática.

No sucede lo mismo con el resto de vehículos, que los agentes revisan de uno en uno para comprobar que se trata, efectivamente, de desplazamientos justificados por causas de fuerza mayor o situación de necesidad.

En caso contrario, la Policía está obligando a dar la vuelta, y a tal efecto se ha habilitado un paso en el puente para facilitar la maniobra.

España y Portugal acordaron suspender las conexiones ferroviarias y aéreas entre ambos países, y por carretera solo están habilitados los pasos Valença-Tui, Vila Verde da Raia-Verín, Quintanilha-San Martín, Vilar Formoso, Termas de Monfortinho, Marvão, Caia-Badajoz, Vila Verde de Ficalho y Vila Real de Santo António-Ayamonte.