La AP-9 estrena hoy la rebaja de los peajes —con vigencia hasta el año 2048—, que para que sea efectiva necesita inexcusablemente que los automóviles vayan equipados con sistema de telepago y realicen los viajes de vuelta en las 24 horas siguientes. No será así para los camiones, que no requerirán ningún mecanismo de telepeaje ni tendrán un plazo para volver si quieren beneficiarse de las bonificaciones. Pero su descuento será solo del 20%, bastante inferior al aplicado a los coches. Por esta razón, el Ministerio de Transportes considera que esta rebaja apenas tendrá impacto en el incremento de camiones que optarán por la autopista. O sea, que pocos camioneros cambiarán sus hábitos. Los que van por las carreteras convencionales lo seguirán haciendo.

En el único tramo en el que se notará el aumento del tráfico pesado será en el Redondela-Vigo, porque será gratuito para todos. Pero en el resto de la AP-9, el “tráfico inducido” —vehículos que antes no usaban la AP-9, pero que en adelante lo harán por la bajada de las tarifas—, no se notará.

De esta forma, el Gobierno central da en cierta manera la razón al sector, porque el Clúster da Función Loxística y las principales asociaciones de transporte de mercancías por carretera de Galicia (Fegatramer, Apetamcor y Fetram) tachan de “insuficientes” las bonificaciones de la AP-9 para los camiones. A su juicio, para que los descuentos resultaran interesantes tendrían que ser como mínimo del 55%, llegando al 100% en los tramos que funcionan como circunvalaciones en las ciudades o como itinerario alternativo a la autovía A-55 en O Porriño.

Para los vehículos ligeros, en cambio, la bonificación es mucho mayor que la diseñada para los camiones. Los viajes de vuelta serán gratuitos siempre que se realicen en el plazo de 24 horas y se utilice el telepago. A este descuento se unen además otros adicionales por uso recurrente o la gratuidad total en el tramo Vigo-Redondela.

En cambio, el real decreto sí prevé problemas de congestión en el acceso a Vigo en algunas horas punta”. Por ello, señala que “se elaborará y aprobará un protocolo de actuaciones que establezca las medidas pertinentes a adoptar en función de las intensidades producidas y el nivel de servicio alcanzado”.

El protocolo incluirá, entre otros aspectos, los procedimientos de información de los tramos congestionados a los usuarios, mediante paneles de señalización variable “para que puedan decidir el itinerario más conveniente”, apunta. A tales efectos, “se reforzará la señalización existente, incluso de forma previa a la entrada en la autopista, para mejor información de los usuarios”.

Revisión cada cinco años

Según el texto del real decreto, cada cinco años se revisará la compensación que el Gobierno paga a Audasa por aplicar las bonificaciones, plazo que podría acortarse si durante dos años seguidos se superen las previsiones máximas de las compensaciones o se produce un incremento de tráfico en alguno de los tramos que comprometa significativamente el nivel de servicio que presta la autopista.

En su exposición de motivos, el Gobierno sostiene que Audasa presentaba la tercera tarifa media más alta de España y que estos precios tenían un importante impacto para la población, además de limitar el acceso a esta vía de usuarios con menos recursos y lastrar el desarrollo de sectores económicos gallegos.

La rebaja de la autopista es a consecuencia del acuerdo que el BNG firmó con el PSOE para dar su voto a la investidura de Pedro Sánchez. Pero el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, criticó ayer que tanto el PP gallego como el BNG estén estos días intentando atribuirse el mérito de la rebaja de los peajes después de haber votado en contra de los Presupuestos del Estado, que son los han permitido adoptar esta decisión. “Ahora todo el mundo se coloca detrás de esta medida”, declaró Caballero.