La Comisión Europea otorgó ayer a indicación geográfica protegida (IGP) a la carne de buey y vaca de Galicia, en virtud tanto a su sabor y textura, como también al sistema familiar de explotación ganadera y al método de crianza de los animales, que contiene una alta presencia de pastoreo.

El Ejecutivo comunitario elogió esta forma de la crianza, basada en un “sistema mixto”, dijo, que alterna los pastos al aire libre con la alimentación en establo, aprovechando “los recursos alimenticios disponibles y los excedentes de las cosechas” de la zona.