Uno de los Charlines se desliga de los casos de blanqueo que imputa la Fiscalía al clan

Agencias

La defensa de Óscar Felipe Charlín ha sostenido este martes ante el tribunal que juzga al clan de los Charlines por blanqueo de capitales derivados del tráfico de droga cometido en el seno de una organización delictiva que no existen indicios que inculpen a su mandante, que jamás ha sido detenido o investigado por tráfico de droga y que no tuvo participación en las inversiones investigadas ni conocimiento de las cuentas suizas en las que aparecía como titular y autorizado.

En su informe final, ha sostenido que Óscar Felipe, uno de los hijos del ya fallecido patriarca de los Charlines, no invirtió en la planta de Qingdao y ha recordado que de la investigación y de lo expuesto en el plenario solo se ha detectado “una intermediación” por medio de conversaciones telefónicas, algo que supone que su intervención fue “tangencial”. “La única prueba de cargo se centra en dos conversaciones sacadas de contexto y una reunión (...) que nada tenía que ver con la fábrica de China”, ha apostillado.

Según el escrito de Fiscalía, con el propósito de ocultar el origen ilícito de las cantidades procedentes de la droga, el clan invirtió 1,95 millones de dólares en una planta de elaboración y transformación de productos del mar en la ciudad china de Qingdao. El Ministerio Público indicaba que los acusados invirtieron en la puesta en funcionamiento de la fábrica y en el arrendamiento de los terrenos circundantes por 50 años.