Repsol anunció ayer que ha solicitado a la Consellería de Industria el inicio de los trámites para la expropiación de los terrenos necesarios para la construcción del poliducto que conectará la refinería y el puerto exterior de Langosteira. Esta nueva infraestructura discurrirá 2.500 metros por Arteixo y 1.300 por A Coruña, lo que afectará a 168 fincas en total, aunque no todas tendrán que ser expropiadas, puesto que en algunas solo se prohibirá la realización de algunas actividades por razones de seguridad.

La petrolera explica que este paso "supone el inicio del expediente expropiatorio", que es un "requisito previo para el inicio de las obras de construcción del poliducto". Ahora la Consellería de Industria deberá aprobar el comienzo de la expropiación, lo que requerirá abrir un periodo de exposición pública en el que los afectados podrán presentar alegaciones. Una vez el proyecto de expropiación reciba el visto bueno, el Gobierno gallego deberá "declarar el expediente de urgente ocupación" de los terrenos y "se convocará a los propietarios" afectados al levantamiento de las actas previas a la ocupación, momento en el que se ofrece el justiprecio, según destaca Repsol. La empresa asegura que "tiene la intención de llegar a un acuerdo" con los dueños de las fincas.

La obra afectará a 168 fincas, aunque no todas tendrán que ser expropiadas, puesto que en algunas solo se prohibirá la realización de algunas actividades por razones de seguridad. Repsol defendió durante la tramitación del proyecto del poliducto que la nueva infraestructura "no imposibilitará la explotación agrícola de las parcelas afectadas, con la única limitación de plantar arbolado sobre la franja de servidumbre permanente de paso". También indicó que la servidumbre de paso no dividirá "materialmente" las parcelas.

El coste estimado de la construcción del poliducto será de 80 millones de euros y el del nuevo pantalán de la dársena de Langosteira será de 36 millones, lo que supondrá una inversión total de 126 millones, según informa Repsol. Antes de comenzar la construcción, que está previsto que dure doce meses, la compañía energética deberá solicitar las licencias de obras en los dos ayuntamientos.

El poliducto medirá diez metros de ancho por los que pasarán once líneas y dos más para los trabajos de vigilancia y mantenimiento. En paralelo al trazado se instalará un sistema de fibra óptica y una línea de alimentación eléctrica. El poliducto discurrirá en paralelo a la carretera de Suevos a Bens.

Esta nueva infraestructura es básica para que Repsol pueda trasladar la mayor parte de sus operaciones a Langosteira -Repsol efectúa ya en la dársena todas las operaciones de carga de productos sólidos, como el azufre y el coque-. El convenio que la petrolera firmó con el Puerto para la primera fase de su traslado de los muelles de A Coruña a los de Langosteira (incluye el 60% de sus operaciones) establecía el 14 de abril de 2018 como fecha para el inicio de operaciones en Arteixo, aunque ya condicionaba el cumplimiento de ese plazo a la obtención de los permisos necesarios. Repsol ya aseguró que intentará agilizar al máximo los trámites de la obra.

La Dirección Xeral de Calidade Ambiental emitió el 27 de noviembre la declaración de impacto ambiental del poliducto. Este departamento autonómico exige a Repsol que "establezca un plan de emergencia que contemple el protocolo de actuación" en el caso de que se produzca un posible vertido, "teniendo en cuenta los perfiles de transporte y su posible influencia en los núcleos de Nostián y Suevos", según indicó la resolución. A mediados de marzo el Consello de la Xunta dio luz verde definitiva al proyecto.