Está en un lugar idílico y con una terraza encima de la ría de O Burgo pero ninguna empresa hostelera es capaz de gestionar con éxito la cafetería y restaurante de A Fábrica. El Gobierno local acaba de abrir el procedimiento de resolución del contrato de explotación con la actual concesionaria por impagos del canon de explotación.

Este local de hostelería cuya titularidad es del Ayuntamiento ya cerró en 2013 al renunciar a seguir con la gestión su anterior concesionario, Ocio da Ama, que estuvo desde 2006. Su relación con el Concello terminó muy mal, llegando a los tribunales hasta que en 2016 el Superior de Galicia le dio la razón al Concello al considerar que la resolución del contrato era imputable a la empresa y no a la Administración local. La adjudicataria renunció a seguir después de una inspección de la Xunta que reveló que las instalaciones no estaban adaptadas a la normativa de accesibilidad. El Ejecutivo le reclamó 42.000 euros por impago de varias cuotas del canon.

Tras todos estos problemas, en junio de 2014 el Concello hizo un concurso para ocupar de nuevo el local pero quedó desierto a pesar de rebajar el canon mensual de 2.400 a 1.500 euros. Pero en agosto de ese año 2014 le adjudicó a la empresa Red Carpe Diemel contrato de A Fábrica por quince años. Pero quince meses después Carpe Diem traspasó la concesión administrativa a la sociedad Hostelería Heroica SL, operación que se aprobó por decreto de Alcaldía en noviembre de 2015.

Desde esa fecha era Hostelería Heroica la que explotaba el restaurante y cafetería, pagando un canon de unos 1.500 euros al mes. Sin embargo en este año 2018 comenzaron los problemas, con el impago del canon mensual al Concello. Le adeuda el segundo y tercer trimestre de este año.

El Ejecutivo oleirense en abril de este año procedió a ejecutar parte del aval bancario de 30.000 euros que había constituido la anterior concesionaria, Carpe Diem, concretamente 13.377 euros, para cobrarse el canon que no le pagaban. También exigió a Hostelería Heroica que repusiese el aval en la cantidad que le había retirado, pero a pesar de varias prórrogas, la empresa incumplió los plazos y requerimientos de restaurar la totalidad de dicho aval, por lo que ahora el Concello ha dado orden de cobrar por la vía de apremio, las cuotas que le deben, además de abrir el proceso de resolución de contrato.