El delegado territorial de la Xunta, Ovidio Rodeiro, mantuvo una reunión el pasado lunes con las familias afectadas por el cierre intempestivo de la escuela unitaria de Carnoedo. Las tres familias afectadas pidieron sin éxito que el centro permaneciese abierto hasta fin de curso y que la decisión sobre su futuro se adoptase en función de la matrícula del próximo curso.

Según explican los progenitores, los responsables autonómicos admitieron errores en la gestión de este cierre y lamentaron los trastornos que acarreará a las familias, pero se negaron a renegociar los plazos por la baja matrícula. Los padres, que han reunido más de 1.500 firmas contra el cierre, advirtieron a la Xunta que no existe ninguna ley que regule los criterios para el cierre de las escuelas.